Especial Tucumán Digital. A 80 kilómetros de la ciudad de San Miguel de Tucumán hacia la zona pedemontana cercana a Monteros hay un verdadero paraíso que pasó a formar parte del Parque Nacional Aconquija en los últimos años. En algún lugar, los conocedores del terreno saben que para octubre y noviembre unas plantas florecen con tonalidades rojizas y anaranjadas. El fenómeno compone una panorámica de ensueño que es un secreto a voces en el noroeste argentino. Se trata del mítico Campo de las Azucenas que se encuentra a más de 1400 metros sobre el nivel del mar.
Para ingresar al reservorio es necesario viajar hasta Capitán Cáceres, pasar La Toma de Los Reales y el río de La Horqueta. Ya en el parque hay un cartel de ingreso. A partir de allí hay que recorrer siete kilómetros por una senda en la que es necesario vadear varios ríos hasta que se llega al Campo de las Azucenas.
El Parque Nacional Aconquija surgió como una ampliación del Parque Nacional Los Alisos que abarcaba unas 15.000 hectáreas y ahora sumando nuevas áreas incorporando al Parque Provincial La Florida. Reúne una extensión de 76.207 hectáreas.
Un destino que es ideal para los amantes de la naturaleza y que para esta época del año pueden apreciar la floración anual de azucenas silvestres, planta típica de las yungas tucumanas, que nace de una especie de cebolla no comestible.
Quienes se adentraron al lugar, saben que dentro de la espesura de la yunga, de pronto se abre el paisaje y aparece el Campo de Azucenas que se calcula tiene unos 580 metros de largo, representando cerca de un millón de plantas.
Las Lilium, el género al que pertenecen las azucenas, están integrada por unas 110 subespecies. La más común es la de color blanco (empleada generalmente en las bodas) pero también las hay rojas, naranjas, amarillas y moradas. Crece en Asia y África pero, en América, esta flor se reproduce en su coloración rojo en sitios de serranías, bajo la copa de los árboles de las selvas subtropicales.
Las autoridades del Parque Nacional recomiendan acceder al lugar siempre acompañados por guías especializados. Además, advierten de la importancia de cuidar el paraje evitando pisar las delicadas plantas que son únicas en su tipo. También solicitan que los visitantes no arrojen residuos.
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