El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, se posicionó en el centro del debate político al anunciar una serie de reformas que prometen modernizar el sistema electoral provincial y fortalecer las instituciones democráticas. Durante una entrevista exclusiva con el programa Verano Play de La Gaceta, el mandatario destacó su compromiso con medidas que buscan eliminar el sistema de acoples y reformar la Constitución provincial. Sin embargo, aunque estas propuestas parecen prometedoras en su superficie, es crucial analizar si representan una verdadera intención de cambio o simplemente una nueva jugada de la política tradicional.
Eliminación de los acoples: una promesa recurrente
Uno de los anuncios más destacados fue la intención de eliminar el sistema de acoples, una práctica que ha sido duramente criticada por fomentar el clientelismo y el fraccionamiento político. Según Jaldo, esta medida busca “fortalecer los partidos políticos” y garantizar un proceso electoral más transparente y sencillo para los votantes.
“El sistema de acoples tiene que desaparecer, porque cuando se desvirtúan los partidos, se desvirtúa la democracia”, sostuvo el gobernador, quien propuso que este cambio podría realizarse mediante una reforma constitucional o, más pragmáticamente, a través de una ley.
Aunque la eliminación de los acoples es un reclamo legítimo que apunta a mejorar la calidad democrática, la experiencia reciente con el peronismo y otras fuerzas tradicionales invita a ser cautelosos. ¿Es este un verdadero intento de transformación o una estrategia para reposicionar al oficialismo bajo una nueva fachada? El riesgo de que estas reformas terminen siendo una herramienta para concentrar aún más poder en manos de los partidos mayoritarios no puede ser ignorado.
Reforma de la Constitución: un debate necesario, pero oportuno
Otro de los ejes centrales planteados por Jaldo fue la necesidad de modernizar la Constitución provincial, a la que calificó como “renga e incompleta”. Según el mandatario, la carta magna actual no responde a las demandas sociales y políticas del Tucumán de hoy.
“Tucumán necesita una constitución moderna, que no sea un traje a medida de un espacio político, sino fruto de un proceso participativo”, aseguró.
Sin embargo, el gobernador reconoció que el contexto económico y social actual no es el más adecuado para avanzar en este proceso, argumentando que es necesario esperar a un momento de mayor estabilidad. Este reconocimiento parece sensato, pero plantea dudas sobre si realmente existe voluntad política para avanzar en una reforma integral o si estas declaraciones son solo una manera de ganar tiempo y evitar críticas inmediatas.
Históricamente, las reformas constitucionales impulsadas por el peronismo y otros partidos en el poder han generado sospechas sobre su verdadero propósito. Muchas veces, lejos de representar un avance institucional, terminaron consolidando prácticas clientelares y ampliando el poder del oficialismo. Por eso, la ciudadanía debe estar atenta a que esta iniciativa no sea otra excusa para perpetuar las mismas estructuras que se dicen querer combatir.
Boleta única: una prueba piloto hacia 2027
En el plano nacional, Jaldo celebró la implementación de la boleta única para las elecciones de 2025, un sistema que, según él, servirá como preparación para futuras reformas en Tucumán. Este mecanismo, que permite incluir a todos los candidatos en un solo papel, busca simplificar el acto electoral y reducir el uso excesivo de recursos en campañas.
“En estas elecciones nacionales vamos con la boleta única. Esto nos permitirá practicar de cara a las próximas elecciones provinciales”, comentó Jaldo, reafirmando su compromiso de implementar un nuevo sistema electoral para 2027.
Si bien la boleta única es un avance que ha mostrado resultados positivos en otras provincias, su implementación efectiva dependerá de la transparencia con la que se gestione. Nuevamente, el desafío será evitar que esta herramienta sea utilizada como un “caballo de Troya” que termine favoreciendo a los sectores más cercanos al poder.
La mirada crítica: promesas versus realidad
Las reformas propuestas por Jaldo tienen un fuerte atractivo en términos de discurso político. Hablar de transparencia, participación ciudadana y modernización institucional son mensajes que resuenan positivamente en una sociedad que reclama un cambio. Sin embargo, la historia del peronismo en Tucumán y en el país está plagada de promesas incumplidas y reformas que terminaron beneficiando únicamente a la vieja política.
Por eso, aunque los anuncios de Jaldo parecen marcar un camino hacia un sistema más equitativo, es fundamental mantener una mirada crítica. La ciudadanía debe exigir que estas reformas se implementen con verdadera vocación democrática y no como una herramienta para perpetuar el control político del oficialismo.
En definitiva, las medidas planteadas son buenas en teoría, pero el verdadero desafío será garantizar que no se conviertan en una estrategia más para reforzar las mismas prácticas que dicen querer eliminar. ¿Estará Jaldo dispuesto a demostrar que esta vez el cambio es genuino? La respuesta, como siempre, estará en las acciones y no en las palabras.
Redactor: Quirós Joaquín