El inicio de 2025 trajo consigo malas noticias para los vecinos de San Miguel de Tucumán. A tono con el impuestazo dispuesto por el gobernador Osvaldo Jaldo, la intendente Rossana Chahla decidió seguir la misma línea, aprobando un aumento en los tributos municipales que afecta directamente a los tucumanos. Como si no fuera suficiente con los decretos provinciales que incrementaron considerablemente los costos para los ciudadanos, ahora la Municipalidad también se suma a esta ola de aumentos indiscriminados, profundizando el malestar social y el agobio económico.
Un aumento sin debate
En la última sesión del Concejo Deliberante de 2024, llevada a cabo el 27 de diciembre, el oficialismo municipal impulsó de manera exprés un proyecto para modificar la ordenanza Tarifaria. La medida eleva de $17 a $21 el valor del Urbano, la unidad que determina las tasas y tributos municipales. Lo que generó mayor indignación fue que este aumento se trató “sobre tablas”, es decir, sin previo análisis en las comisiones correspondientes.
El resultado fue una aprobación casi automática: 16 votos a favor y solo dos en contra. Los concejales radicales José María Canelada y Gustavo Cobos fueron los únicos que alzaron su voz contra la falta de transparencia y el procedimiento cuestionable. Canelada expresó: “No podemos acompañar algo que ni siquiera fue argumentado debidamente por el Ejecutivo. Nos encontramos ante un expediente que apareció de la nada y que golpea directamente al bolsillo de los vecinos”.
Cobos, por su parte, criticó duramente el ingreso del proyecto “por la ventana”. “Lamentablemente, cierro el año con fastidio. No hubo espacio para un debate serio y transparente que permitiera analizar el impacto de este aumento”, señaló el edil opositor.
Defensa oficialista y malestar ciudadano
A pesar de las críticas, el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Juri, defendió el procedimiento. Según él, todos los presidentes de bloque fueron consultados previamente en labor parlamentaria y dieron su aval para tratar el tema en la sesión extraordinaria. Sin embargo, esta justificación no logró aplacar las críticas ni calmar la indignación social que despertó la medida.
Mientras tanto, los ciudadanos de San Miguel de Tucumán se enfrentan a un nuevo ajuste que profundiza su preocupación económica. “Primero Jaldo con sus aumentos provinciales, y ahora Chahla hace lo mismo. Parece que la única solución que tienen los políticos es sacarnos más dinero”, se quejó un vecino en redes sociales.
Un ajuste que golpea al bolsillo de los tucumanos
El aumento del Urbano tiene un impacto directo en el cálculo de tasas municipales, como la recolección de residuos, el alumbrado público y otros servicios esenciales. Esto significa que los tucumanos deberán afrontar facturas más abultadas en un contexto económico ya de por sí complicado.
Este impuestazo municipal llega apenas días después de que el gobierno provincial, liderado por Osvaldo Jaldo, implementara una serie de incrementos a través de decretos publicados en el Boletín Oficial. Los aumentos en impuestos provinciales, como Ingresos Brutos y el Impuesto Inmobiliario, ya habían generado un fuerte rechazo entre comerciantes, emprendedores y trabajadores.
Más impuestos, menos libertad
Desde una perspectiva liberal, esta política de ajuste constante es insostenible y perjudicial para el crecimiento económico. Los aumentos en tasas y tributos no solo afectan a los ciudadanos, sino que también desincentivan la inversión y el desarrollo local.
Javier Milei, líder del movimiento liberal en Argentina, ha sido crítico constante de este tipo de medidas. En repetidas ocasiones, Milei ha señalado que “los políticos no resuelven problemas, solo crean nuevos”. Según su visión, el aumento de impuestos es una consecuencia directa de un Estado sobredimensionado y mal administrado, que constantemente busca financiar sus excesos a costa de los ciudadanos.
La libertad Avanza no dejó pasar el impuestazo de jaldo y se manifestó en contra mediante un video en redes sociales.
El caso de Tucumán parece ser un ejemplo perfecto de este diagnóstico. Tanto a nivel provincial como municipal, la clase política parece incapaz de ajustar sus propios gastos, recurriendo siempre al bolsillo de los contribuyentes para cubrir sus necesidades.
Un llamado a repensar la política fiscal
El impuestazo conjunto de Jaldo y Chahla pone de manifiesto la urgencia de un cambio profundo en la manera en que se gestiona el Estado. Mientras la clase política sigue aplicando ajustes regresivos, los ciudadanos se ven cada vez más asfixiados por una carga tributaria que no se traduce en mejoras significativas en servicios o infraestructura.
Para Milei y otros referentes liberales, la solución pasa por reducir el tamaño del Estado, eliminar privilegios y generar un entorno más favorable para la inversión y el desarrollo. Sin embargo, mientras estos cambios no se materialicen, los tucumanos y los argentinos en general seguirán padeciendo las consecuencias de una política que prioriza la recaudación sobre el bienestar ciudadano.
En resumen, el aumento de tributos municipales en San Miguel de Tucumán no es más que otro eslabón en una cadena de ajustes que golpean al bolsillo de los ciudadanos. Como si el impuestazo de Jaldo no fuera suficiente, Chahla decidió sumarse a la ola, profundizando el malestar social y la necesidad de repensar el rumbo político y económico de la provincia.
Fuente: Tendencias de Noticias