El 2024 se cierra como uno de los años más duros para San Martín de Tucumán, que vio esfumarse nuevamente el sueño del ascenso a Primera División. La eliminación contra Aldosivi en Rosario y los incidentes posteriores en La Ciudadela marcaron un año que dejó heridas abiertas, alimentadas por el silencio de los dirigentes y la falta de respuestas claras. El diputado nacional Carlos Cisneros rompió el silencio en una entrevista reciente, generando aún más repercusiones entre los hinchas, que manifiestan su profundo enojo con la conducción del club.
El silencio dirigencial: una fuente de frustración
Desde la eliminación en Rosario, el silencio de los principales dirigentes de San Martín de Tucumán fue una de las mayores críticas de los hinchas. La falta de comunicación por parte del presidente Rubén Moisello, envuelto en rumores sobre una licencia por tiempo indeterminado, dejó al club en un limbo institucional que aumentó la desconfianza de los socios y simpatizantes.
Carlos Cisneros, aunque aseguró no ser dirigente del club, fue el único que se pronunció públicamente. En una entrevista con Enterate Noticias, expresó:
“Tengo una relación estrecha con los dirigentes, son mis amigos y van a seguir siendo mis amigos toda la vida, pero yo no soy dirigente de San Martín”.
Este comentario, lejos de calmar las aguas, evidenció la cercanía entre los líderes del club y figuras políticas, un vínculo que genera sospechas entre los hinchas, quienes acusan a la dirigencia de no priorizar los intereses deportivos del equipo.
La derrota en Rosario y el malestar generalizado
Cisneros también analizó la eliminación ante Aldosivi, apuntando a la actitud del equipo como la causa principal del fracaso:
“Si el arco hubiese medido 14 metros de ancho por 4 metros de alto, hubiésemos perdido lo mismo. Porque era la actitud del equipo. El equipo salió a jugar mal parado”.
Aunque evitó culpar al técnico Diego Flores o a los jugadores, estas declaraciones no fueron suficientes para apaciguar el malestar de la hinchada, que señala la falta de planificación deportiva y el manejo errático del club como factores determinantes del resultado.
Incidentes en La Ciudadela: la furia de los hinchas
Tras la eliminación, los incidentes en La Ciudadela dejaron en evidencia la tensión entre la dirigencia y los hinchas. Carlos Cisneros denunció que su palco fue atacado por dos individuos durante el partido contra Gimnasia de Mendoza. Según Cisneros, estas acciones fueron realizadas por “inadaptados” que intentaron intimidarlo:
“Fue un viejo estúpido rompiendo el vidrio del palco con el yerno. Espero que el juez Piñero mueva las cachas porque esto va hasta el final. Boludo no soy. Los tengo bien identificados”.
Estos episodios, aunque condenables, son una manifestación del profundo enojo de los hinchas, que se sienten abandonados por una dirigencia que, según ellos, no da la cara ni presenta un proyecto claro para el club.
Críticas a los medios partidarios y a la oposición
Cisneros también apuntó contra los medios partidarios y las listas opositoras, señalando que existe un sector que busca desestabilizar al club:
“Cualquier boludo se arma un sitio partidario para que los traten como periodistas. Y hay un sector minúsculo que cree que todo es de prepo. ¿Querés entrar de prepo? ¿Querés romper el museo? ¿Querés romper la boutique?”
Si bien sus declaraciones buscan desacreditar a quienes critican la gestión actual, también muestran la desconexión de los dirigentes con el sentimiento del hincha común, que ve en estos espacios partidarios una forma de expresar su frustración y de exigir transparencia en la gestión del club.
El enojo del Pueblo Ciruja
Para los hinchas de San Martín, el año 2024 no solo fue marcado por el fracaso deportivo, sino también por la sensación de abandono institucional. Las palabras de Cisneros, aunque intentaron justificar la situación, dejaron en evidencia la falta de autocrítica de una dirigencia que no ha estado a la altura de las expectativas.
El Pueblo Ciruja exige respuestas: quieren saber qué sucederá con el futuro del club, cómo se resolverá la situación financiera y cuáles serán las medidas para evitar que se repita un año tan difícil como el que acaba de terminar. Las críticas no son solo hacia los resultados en la cancha, sino también hacia una dirigencia que, según los hinchas, ha priorizado intereses personales sobre los del club.
Un 2025 lleno de incertidumbre
El panorama para San Martín en 2025 es incierto. Con rumores sobre la salida de Rubén Moisello y la posible reducción de apoyo económico por parte de la Caja Popular, el club enfrenta un desafío titánico para mantenerse competitivo.
El enojo del Pueblo Ciruja no es solo una reacción al fracaso deportivo, sino una expresión del cansancio por años de malas gestiones y promesas incumplidas. San Martín necesita más que palabras: requiere un cambio profundo que recupere la confianza de los hinchas y permita construir un futuro que esté a la altura de su rica historia.