Las internas pre-electorales comienzan a pisar fuerte en el peronismo. Javier Noguera pierde terreno pensando en el Congreso y manda a su mujer a abandonar el acuerdo fiscal como respuesta a Jaldo.
El 2025 electoral comenzó y las figuras del peronismo van posicionándose dentro del tablero. Hoy Noguera está lejos del gobernador Osvaldo Jaldo, con quien tuvo choques más de una vez. Sucede que desde hace años el Partido justicialista tucumano se encuentra dividido en dos ramas: jaldistas y manzuristas.
Las elecciones de 2021 dejaron daños irreparables, la cruda pelea entre jaldo y Manzur distanció enormemente a sus secuaces. Darío monteros es la mano derecha del tranqueño y Javier Noguera uno de los hijos políticos de Manzur; de ahí, una división familiar desciende al resto de compañeros peronistas que eligen un bando o el otro ¿tercera posición?, Eso no existe para el peronsimo dicotómico de Tucumán.

El jaldismo se ve obligado a defender sus dos bancas para no hablar de fracaso electoral. Elia Fernández de Mansilla y Agustín Fernández buscarán renovar sus lugares dentro del palacio legislativo. Sin embargo, Noguera pretende un lugar que lo deposite en el Congreso Nacional, pero ese lugar hoy no existe -al menos dentro de las filas de Osvaldo Jaldo-.
Manzur busca posicionar a sus jugadores para no perder fuerzas ante una avalancha jaldista que recolecta votos de todas partes. Gente que se ubica en distintos lugares del arco política tiene cierta simpatía hacia un mandatario pragmático como pocos.
En este escenario, el Manzurismo se ve muy debilitado y más aún por su relación directa con el kirchnerismo -mala palabra en el nuevo marco político-.
Según fuentes cercanas, el ex intendente de Tafí viejo, Noguera, estaría desistiendo de sus posibilidades electorales en los próximos comicios. Lo que genera un verdadero cimbrinazo dentro del peronismo. Pero el actual legislador provincial no se queda de brazos cruzados, sino que mandó a su mujer, la actual intendente de Tafí Viejo Alejandra Rodríguez, a abandonar el acuerdo fiscal.
El acuerdo fiscal es el pacto a través del cual los municipios otorgan sus ingresos correspondientes a la desactualizada coparticipación provincial para que el Poder Ejecutivo Provincial le garantice la cobertura de las planillas salariales. Tafí viejo se quejó en reiteradas oportunidades porque considera que estas son manejadas discrecionalmente y no en base a la cantidad de empleados que debe costear el municipio, como supuestamente debería ser según las palabras de Jaldo.
Uno de los reclamos más resonantes fue el que realizó Noguera por los aportes que giran a la ciudad cruzalteña de Banda del Río Sali, la cual es gobernada por el hijo de Darío monteros, Gonzalo, quien casualmente recibió la mayor cantidad de dinero por parte de su padre. Recordemos que la cartera encargada de distribuir dichos recursos es el Ministerio del Interior, comandado por Darío.
La disputa y el disgusto interno estaría colocando a Noguera en una posición incómoda, lo que imposibilita su competitividad para luchar en los próximos comicios. Esta situación lo conduce a mirar con cariño el sillón de su casa y el de la legislatura tucumana en lugar de la banca congresal.
Luego de esta gran fractura habrá que ver cómo actúa el kirchnerismo y el peronismo local, dentro del cual las figuras jaldistas ingentan derechizarse para no quedar en el subsuelo político como sucedió con el taficeño.
Otra cuestión a tener en cuenta es cómo logrará subsistir la ciudad del limón, o mejor dicho la administración de Alejandra Rodríguez, ya que está caracterizada por un elevado gasto público enfocado en agendas innecesarias que tratan la ideología de género, el cambio climático, infancias trans y demás aberraciones que no le solucionan la vida a nadie. Sin los fondos provinciales, la disciplina fiscal del matrimonio Noguera deberá dar de que hablar para no quebrar un municipio que ya supo usar cuasimonedas dentro del Mercado Municipal.