El Banco Central de la República Argentina (BCRA) tomó una nueva medida en su política monetaria al reducir la tasa de interés de referencia del 32% al 29% nominal anual. Esta decisión se da en el marco de la consolidación de expectativas de menor inflación y previo al inicio de una nueva etapa en la administración del tipo de cambio, con un ajuste del dólar oficial a un ritmo del 1% mensual.
Según el comunicado oficial de la entidad que preside Santiago Bausili, la tasa de interés de pases activos también experimentará una reducción, pasando del 36% al 33%. Ambas modificaciones entrarán en vigencia a partir del viernes 31 de enero. La medida busca sostener el atractivo de la inversión en pesos, mientras el Banco Central continúa con su estrategia de acumulación de reservas y estabilización macroeconómica.
Un ajuste previsible en el marco de la desinflación
Desde el inicio de la gestión de Javier Milei, la política monetaria se orientó hacia la reducción de la inflación y el saneamiento del balance del BCRA. En este contexto, la baja de tasas acompaña el proceso de desinflación que el Gobierno considera en marcha. En diciembre, la inflación fue del 2,7%, algo por encima del 2,4% registrado en noviembre, pero dentro de los parámetros establecidos por el Poder Ejecutivo para avanzar en modificaciones del esquema cambiario.
El recorte de tasas es un paso clave para mantener el equilibrio entre la inversión en pesos y el atractivo del carry trade, es decir, la operatoria de inversores que buscan obtener ganancias en dólares a partir de colocaciones en moneda local. Con la inflación en tendencia descendente, el BCRA busca evitar distorsiones en el mercado financiero y garantizar un rendimiento positivo para los ahorristas.
Impacto en la política cambiaria y el mercado financiero
El ajuste en la tasa de interés está estrechamente vinculado con la estrategia de deslizamiento cambiario ordenado. Desde diciembre de 2023, el crawling peg -mecanismo de actualización progresiva del dólar oficial- se mantuvo sin modificaciones, pero a partir de febrero comenzará a moverse a un ritmo del 1% mensual. Este cambio apunta a reducir presiones sobre la inflación y mejorar la competitividad de la economía sin generar saltos abruptos en el tipo de cambio.
El mercado financiero ya había anticipado una reducción en la tasa de interés. Un análisis de la consultora 1816 indicó que, sin la baja de tasas, el rendimiento de los instrumentos en pesos habría quedado en 1,7% de tasa efectiva mensual medida en dólares oficiales, lo que habría generado incentivos adicionales para los préstamos en moneda extranjera. Este tipo de operatoria fue clave en la acumulación de reservas del BCRA, dado que las regulaciones vigentes obligan a liquidar los créditos en dólares en el mercado oficial, permitiendo a la entidad monetaria fortalecer su posición en divisas.
Continuidad de la estrategia económica
El recorte de tasas forma parte de una política monetaria coordinada que busca consolidar el proceso de estabilidad macroeconómica. En noviembre pasado, el BCRA ya había reducido la tasa de referencia del 35% al 32%, en un contexto en el que el Gobierno enfatiza la necesidad de consolidar el superávit fiscal y fortalecer la credibilidad en el peso.
Si bien algunos sectores del mercado financiero habían expresado dudas sobre la velocidad de la reducción de tasas, la administración de Javier Milei sostiene que la estabilidad monetaria es fundamental para garantizar una economía más sólida y predecible. La reciente acumulación de reservas y la menor volatilidad cambiaria refuerzan la idea de que las medidas adoptadas están dando resultados positivos.
En este sentido, la reducción de tasas no solo es una herramienta técnica, sino también una señal de confianza en el rumbo económico. Con una inflación en baja, un tipo de cambio administrado y un Banco Central que fortalece su posición en el mercado, la medida apunta a consolidar un escenario de mayor previsibilidad y crecimiento sostenido para la economía argentina.
Redactor: Quirós Joaquín
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