El viernes 16 de febrero de 2024, en la quinta y última jornada del debate, los jueces, por unanimidad y en horas del mediodía, confirmaron la teoría presentada por el Ministerio Fiscal, resolviendo condenar a prisión perpetua a Miguel Eduardo “Miguelón” Figueroa.
El fiscal Carlos Sale había afirmado en sus alegatos finales: “No hay dudas de que “Miguelón” estuvo presente y que efectuó varios de los disparos que acabaron con la vida de Amaya y Sepúlveda, y lo hizo a sangre fría”. Estos hechos se refieren a los asesinatos de Héctor Gabriel Amaya y Leonardo Josías Sepúlveda, ocurridos el 18 de diciembre de 2020 en Villa 9 de Julio.
“Ha sido una verdadera masacre con un panorama dantesco. El móvil fue por venganza. No hay dudas de que “Miguelón” estuvo presente y que efectuó varios de los disparos que acabaron con la vida de Amaya y Sepúlveda, y lo hizo a sangre fría. Fueron numerosos testigos que declararon haberlo visto disparar”, agregó Sale, quien interviene junto a los investigadores Guadalupe Martínez, Eduardo Ricciuti, Miguel Fernández y Hugo Campos.
Figueroa fue sentenciado por los delitos de homicidio agravado por arma de fuego con la participación premeditada por dos o más personas, en calidad de coautor, en concurso real con tentativa de homicidio agravado por uso de arma de fuego, con la participación premeditada por dos o más personas, en perjuicio de un menor de 12 años y otras dos personas mayores.
Siguiendo la solicitud de la Fiscalía, los jueces accedieron a extender la prisión preventiva por cuatro meses adicionales.