Atlético Tucumán venció 3-2 a Instituto de Córdoba y su victoria invita al sueño de la clasificación a octavos.
Atlético necesitaba ganar y respirar, dejar atrás la seguidilla de seis partidos sin sumar de a tres y volver a soñar con meterse entre los ocho clasificados a los octavos de final del Torneo Apertura. Con esta victoria quedó a dos puntos de Talleres, el último equipo que se está clasificando.
El hecho de que ambos equipos se encontraran fuera de los puestos de clasificación les exigía, desde el comienzo del partido, comenzar atacándose. Sin embargo, el partido fue de menor a mayor y en el primer tiempo se cansaron de dividir el balón. Luego de intentos fallidos y sin gran construcción de juego, llegó el gol de carambola de Mateo Coronel para destrabar el nudo en la garganta de los aficionados albicelestes.
Lo más interesante ocurrió en menos de los primeros 10’ del segundo tiempo, cuando ambos equipos hicieron más que en toda la primera mitad. Con un doble cabezazo entre Ferrari y Brizuela, el deca se adelantó 2-0. Pero fue el propio Ferrari, asistente en el segundo gol, quien seis minutos después, a los 16’, falló en su área y cometió la infracción que Luna terminó cambiando por gol.
El envión del descuento hizo que la Gloria se adueñara del balón y empezara a mover la pelota de un lado hacia el otro: con la precisión de Mac Allister, los desbordes de Franco y la sutileza de Luna, el conjunto cordobés lo empató. Otra vez Alex, con un tremendo tiro libre al ángulo puso el 2-2. Pero la noche tenía que ser para Atlético y todo se dio para eso: 7 segundos después de haber entrado desde el banco, Laméndola la clavó y desató la locura en 25 de Mayo y Chile.