Este martes 25 de febrero se cumplen 17 años del fallecimiento de Rui Torres, una figura entrañable para quienes crecieron viendo Art Attack, el programa infantil que se convirtió en un referente de creatividad para toda una generación de hispanoamericanos. Su nombre sigue siendo recordado con cariño, evocando en muchos la magia del arte y las manualidades que despertaron su imaginación durante los años 2000.
Rutilio Torres Mantecón, mejor conocido como Rui Torres, nació en México en 1976. Aunque su formación inicial fue en Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posteriormente en Ingeniería Telemática en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la vida de Torres dio un giro inesperado cuando Disney adquirió los derechos de Art Attack en 2001 y decidió crear una versión hispanoamericana. Fue entonces cuando Rui fue seleccionado para ser el primer conductor del programa en la región, un papel que marcaría su destino.
Con su carisma inconfundible y su entusiasmo por el arte, Torres logró conectar con miles de niños, convirtiéndose en una figura clave de la televisión infantil. A través de sus instrucciones sencillas y accesibles, enseñaba a los pequeños que, con materiales cotidianos, podían crear obras únicas. Su energía contagiante y su capacidad para inspirar a otros fueron las claves de su éxito.
Durante su participación en el programa, Rui Torres tuvo que mudarse temporalmente a Londres, donde se grababa el contenido, pero a pesar de la distancia, logró mantener un vínculo cercano con su audiencia. Sin embargo, en 2003, decidió dar un paso al costado en su carrera televisiva para retomar sus estudios en Ingeniería Telemática, alejándose de los reflectores y llevando una vida privada con total discreción.
El misterio en torno a su vida posterior a Art Attack se mantuvo, y en 2008, la comunidad del ITAM publicó un obituario en su revista Conexión, confirmando su fallecimiento. Desde entonces, han surgido diversas teorías en redes sociales sobre las circunstancias de su muerte, pero los detalles nunca han sido completamente esclarecidos.
A pesar de la incertidumbre sobre su final, el legado de Rui Torres sigue vivo en el corazón de todos aquellos que crecieron viéndolo enseñar arte y creatividad. El conductor de Art Attack dejó una huella imborrable en una generación que, gracias a su dedicación y amor por el arte, sigue creyendo que la creatividad no tiene límites. En cada tijera, pincel y hoja de papel, su espíritu perdura, recordándonos que el arte está al alcance de todos