El Gobierno nacional decidió establecer el nuevo salario mínimo, vital y móvil para los próximos cuatro meses luego de que fracasaran las negociaciones entre representantes sindicales y cámaras empresarias. La medida quedó oficializada a través de la Resolución 17/2024, publicada en el Boletín Oficial, y prevé un incremento gradual que se implementará entre diciembre de 2024 y marzo de 2025.
Tras la falta de consenso en la reunión del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo del 19 de diciembre, el Poder Ejecutivo volvió a intervenir para definir el monto. Esta no es la primera vez que ocurre algo similar, ya que en los encuentros realizados en febrero y julio de este año tampoco se alcanzaron acuerdos, lo que obligó al Gobierno a resolver unilateralmente mediante decretos.
Propuestas enfrentadas
En las negociaciones, los empresarios plantearon un ajuste escalonado que llevaría el salario mínimo de $278.000 a $295.000 en marzo de 2025, lo que representaría un aumento del 6%. Por su parte, los sindicatos, incluyendo la CGT y las dos CTA, exigieron un incremento mucho mayor, proponiendo un salario inicial de $572.000.
Ante esta falta de entendimiento, el Gobierno fijó el nuevo salario mínimo para los trabajadores regidos por el Régimen de Contrato de Trabajo en los siguientes valores:
Diciembre 2024: $279.718
Enero 2025: $286.711
Febrero 2025: $292.446
Marzo 2025: $296.832
Asimismo, los trabajadores que perciban salarios por jornada recibirán incrementos proporcionales. En diciembre, el salario mínimo por hora será de $1.399, aumentando progresivamente hasta alcanzar los $1.484 por hora en marzo de 2025.
Prestación por Desempleo
En cuanto a la Prestación por Desempleo, la resolución estipula que esta corresponderá al 75% del salario neto mensual que el trabajador haya percibido en los últimos seis meses previos al cese del contrato. Sin embargo, se establece que el monto de esta prestación no podrá ser inferior al 50% ni superior al 100% del salario mínimo vigente.
Contexto del conflicto
La decisión del Ejecutivo llega tras el fracaso de una reunión clave celebrada en la Secretaría de Trabajo, donde las partes no lograron acordar un ajuste adecuado. Este patrón de desacuerdos refleja las dificultades recurrentes en las discusiones salariales, marcadas por posturas irreconciliables entre empleadores y sindicatos.
Con este nuevo aumento, el Gobierno busca establecer una base para los próximos meses, aunque el debate en torno al poder adquisitivo y la inflación sigue siendo un tema central para trabajadores y empresarios por igual.
Fuente: Tendencias de Noticias