La provincia de Tucumán ostenta un triste récord: tiene la Legislatura más cara de Argentina, con un presupuesto anual que asciende a $1.288 millones. Este número impacta aún más cuando se compara con los resultados del trabajo de sus legisladores: proyectos escasos, falta de compromiso y una productividad alarmantemente baja. Un informe reciente de Tendencia de Noticias expone la cruda realidad de la actividad parlamentaria tucumana en lo que va del año 2024.
Millones para mantener una Legislatura improductiva
Cada uno de los 49 legisladores tucumanos cuesta a los contribuyentes cifras desorbitantes, pero ese gasto no parece traducirse en trabajo efectivo. Desde enero hasta noviembre, ingresaron un total de 899 iniciativas, incluyendo proyectos de ley, resoluciones y declaraciones. Esta cifra equivale a 4,6 proyectos diarios durante los días hábiles del período legislativo. Sin embargo, detrás de este número se ocultan realidades preocupantes: una marcada inactividad por parte de algunos representantes y la notable brecha entre oficialistas y opositores.
Mientras la sociedad tucumana enfrenta una situación económica crítica, con inflación y pobreza en niveles históricos, el presupuesto destinado a los legisladores sigue siendo monumental. ¿Cómo se justifica semejante gasto si muchos legisladores prácticamente no trabajan? La falta de resultados concretos genera una indignación legítima entre los ciudadanos, quienes esperan que sus representantes estén a la altura del esfuerzo económico que realiza la provincia para sostenerlos.
Los peores del año: legisladores que no presentaron ni un proyecto
El informe detalla que cuatro legisladores no presentaron absolutamente ningún proyecto en lo que va del año. Estos casos son el símbolo del desgano y la falta de compromiso:
Rolando Alfaro (Compromiso por Tucumán – PJS)
Roque Argañaraz (PJ)
Alejandro Figueroa (PJ)
Jorge Leal (PJ)
¿Cómo es posible que legisladores con sueldos y recurso
s altísimos no hayan presentado ni una sola iniciativa? La respuesta parece ser una combinación de comodidad y falta de control por parte de los ciudadanos. Mientras tanto, los tucumanos siguen sosteniendo este sistema improductivo con sus impuestos.
La oposición lidera la productividad
En contraste con la parálisis de algunos legisladores, los parlamentarios de la oposición se destacan por su nivel de actividad. Silvia Elías de Pérez (Valores para Tucumán – UCR) encabeza el ranking con 83 proyectos presentados. La siguen dos de sus correligionarios: José Cano (UCR), con 68 propuestas, y Agustín Romano Norri (UCR), con 49 iniciativas.
Otros nombres destacados son Claudio Viña (Nueva Fuerza), con 46 proyectos, y Raúl Moreno (PJ), que ocupa el quinto lugar con 42 propuestas. Esta diferencia deja al descubierto la falta de acción de la mayoría oficialista, conformada por 34 legisladores del Partido Justicialista (PJ).
A pesar de contar con la mayoría absoluta, el bloque oficialista apenas logró acumular 422 proyectos, mientras que los 15 legisladores opositores y aliados superaron esa cifra con 477 iniciativas en total.
El oficialismo, cómodo en la inacción
La inactividad de varios representantes del PJ resulta difícil de justificar. Legisladores como Sergio Mansilla, presidente subrogante de la Cámara, apenas presentaron tres proyectos en todo el año, todos ellos de ley. Otros casos preocupantes son los de Tulio Caponio, Carlos Gallia y Marcelo Herrera, quienes presentaron entre 3 y 5 iniciativas.
Es evidente que la mayoría oficialista está acostumbrada a una situación de comodidad política, en la que no existe presión alguna para justificar sus elevados sueldos. La falta de competencia y la estructura del sistema legislativo provincial parecen garantizarles una permanencia sin esfuerzos.
Conclusión: una estructura cara e ineficiente
La Legislatura de Tucumán, con su presupuesto millonario, está muy lejos de cumplir con las expectativas de la sociedad. Mientras los tucumanos enfrentan problemas reales como la inflación, el desempleo y la inseguridad, gran parte de sus representantes viven en una burbuja de privilegios y recursos sin rendir cuentas ni mostrar resultados concretos. Una gran diferencia en comparación al trabajo realizado por el gobierno nacional, que este año hizo que el poder legislativo trabaje durante enero y diciembre, además, logro la reforma estructural mas grande de la historia argentina
Es urgente que los ciudadanos exijan mayor transparencia, eficiencia y compromiso por parte de quienes ocupan bancas que no son gratuitas, sino que se financian con el esfuerzo de todos los contribuyentes. La política no puede seguir siendo un espacio para la comodidad y la inacción. Si la Legislatura tucumana es la más cara del país, sus representantes tienen la obligación de ser los más productivos. La realidad, hasta ahora, demuestra lo contrario.
Fuente: Tendencia de Noticias Tucumán