El trágico asesinato de Joaquín Sperani de 14 años en Laboulaye, una localidad del sudeste de la provincia de Córdoba, causó consternación en todo el país. Tras el descubrimiento del cuerpo en lo que se ha denominado  como "la casa del horror," las autoridades detuvieron a otro adolescente de 14 años, identificado como L., quien enfrenta acusaciones de ser el responsable del homicidio de su compañero de escuela y amigo del niño asesinado.

En las últimas horas fue liberado, luego de que una abogada solicitara que quede bajo el cuidado de sus padres.

La medida, de carácter provisorio, fue ordenada por el juez Sebastián Moro, a cargo del Juzgado Control de Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar, Género y Faltas de Laboulaye. El magistrado dispuso que el menor se reintegre a su familia en una residencia ubicada en otra ciudad, lejos de donde ocurrió el crimen.

Además, estableció que el adolescente se incorpore a un tratamiento multimodal psicoterapéutico, individual, grupal y familiar de tiempo prolongado.

La mamá de Joaquín, Mariela Flores repudió la medida y se quejó ante la prensa local: “La Justicia está tomando decisiones que no son correctas”. “Nunca existieron los derechos para Joaquín. Mató y salió como si nada”, aseguró.

La nueva medida de resguardo “provisoria”, dispuesta por el juez Moro, precisa que L. M. Z. y su familia “no podrán mudarse sin la debida autorización judicial”. Asimismo, impone de modo complementario que el joven se incorpore a un tratamiento multimodal psicoterapéutico, individual, grupal y familiar de tiempo prolongado.

En tanto, los padres también deberán sumarse a un espacio multimodal de orientación que les permita abordar las funciones inherentes al rol parental. Tales condiciones estarán sujetas al estricto control de la Secretaria de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf), con la modalidad de “supervisión en territorio”.

La readecuación de la medida había sido solicitada por el abogado defensor del adolescente, Raúl Palacios, como así también por su representante complementaria, la asesora letrada Mariana Ferreyra.

El abogado fundamentó el planteó a partir de un fallo que TSJ emitió el 25 de septiembre pasado, que insta a los jueces penales juveniles a que “busquen otras alternativas distintas a la internación” para el tratamiento de los casos de los menores que cometen delitos y que, por su edad, no son punibles.

LA CAUSA 

Joaquín Sperani, también de 14 años, desapareció el 29 de junio luego de dejar su bicicleta en el patio de la escuela IPEM 278 “Malvinas Argentinas”, de Laboulaye, a la que asistía. Nunca ingresó a clases.

Joaquín Sperani fue registrado por una cámara de seguridad junto a su compañero que lo asesinó.

En cambio, las cámaras de seguridad de la zona lo registraron cuando caminaba por la vereda del colegio acompañado por uno de sus amigos y compañero de escuela, el mismo que días después confesó el crimen.

El domingo 2 julio pasado, el cuerpo de la víctima fue hallado por vecinos en una vivienda abandonada ubicada a 100 metros de la escuela. Poco más tarde, el imputado fue detenido luego de admitir que lo había atacado, aunque dijo que no había sido su intención matarlo.

El chico “hizo un relato en donde admite que participó solo, que no hubo participantes, que todo sucedió a partir de una fuerte discusión, que tomó un fierro y le pegó en la cabeza”, según resumió un vocero judicial.

La autopsia determinó que el cuerpo de Joaquín tenía múltiples golpes en la cabeza que le ocasionaron politraumatismo de cráneo y daño encefálico que derivó en su muerte.

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