La Iglesia católica vive este miércoles uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente: la despedida del papa Francisco y el inicio del proceso que definirá a su sucesor.
Jorge Bergoglio falleció el lunes en el Vaticano, a los 88 años, y con su muerte se activó el protocolo de sede vacante, el período en el que el trono de San Pedro permanece sin ocupante hasta la elección de un nuevo pontífice.
El cuerpo de Francisco es expuesto al público en la basílica de San Pedro desde las primeras horas de este miércoles. Mientras tanto, la Santa Sede se prepara para recibir en un funeral de Estado a líderes de todo el mundo, Donald Trump y Javier Milei entre ellos.
Bergoglio será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en la capital italiana, un deseo que él mismo dejó por escrito en su testamento. La tumba, situada en la Capilla Paulina, será sobria, sin adornos ni epitafios, y llevará sólo su nombre en latín: Franciscus.
El respeto y el recogimiento marcan la jornada de este miércoles en la basílica de San Pedro, donde miles de fieles hacen una larga cola para dar su último adiós al papa Francisco, cuyo cuerpo yace expuesto ante el altar de la Confesión desde las primeras horas del día.
Desde entonces, una marea humana avanza lentamente por la nave central del templo. Bajo un sol intenso que baña la plaza de San Pedro, peregrinos llegados de todo el mundo esperan pacientemente su turno, protegidos con sombrillas, gafas de sol y botellas de agua.
En el interior de la basílica, la gran afluencia permite a los fieles detenerse apenas unos segundos ante el féretro.
“Después del cúmulo de gente que hay para verlo y lo estrecho que es el pasillo central de la basílica… topárselo de frente impacta. Lo habíamos visto esta mañana por televisión, pero impacta verlo al natural”, comentóa la agencia EFE una visitante visiblemente emocionada.
A la salida se mezclan grupos de escolares y turistas, religiosos y personas que han viajado en solitario desde distintos puntos del planeta para despedirse del pontífice.
En avión, tren o incluso en coche, centenares de personas pusieron rumbo a Roma tras conocerse la inesperada muerte del papa el pasado lunes a los 88 años, en avión, tren o coche.