El presidente Javier Milei firmó un decreto para transformar Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en una Sociedad Anónima, con el objetivo de sanear la empresa estatal y avanzar hacia su privatización.
Esta medida forma parte del plan del Gobierno para reducir el déficit fiscal y mejorar la eficiencia de las empresas públicas. La iniciativa, impulsada por Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, busca transparentar la gestión de la compañía antes de su venta.
La decisión sobre YCRT se da después de la transformación del Banco Nación en Sociedad Anónima, marcando un nuevo paso en la política de privatizaciones del Gobierno. Según fuentes oficiales, existen al menos tres grupos interesados en la adquisición de la minera, aunque no se ha definido aún una fecha para concretar la venta. Mientras tanto, el Ejecutivo procederá a la presentación de balances contables ante la Inspección de Justicia y la revisión de reglamentos internos para adecuar la estructura de la empresa a los estándares del sector privado.
El Gobierno mantuvo un canal de diálogo con Claudio Vidal, gobernador de Santa Cruz, para evitar tensiones por la medida. YCRT, que opera en la provincia desde mediados del siglo pasado, enfrenta problemas estructurales y económicos que han llevado a una crisis prolongada. En este contexto, la Nación busca optimizar los recursos y reducir el gasto público, un eje central de la administración Milei.
Contexto de la crisis de YCRT
La empresa ha operado de manera intermitente en los últimos años debido a la falta de inversión, problemas administrativos y gestiones irregulares. YCRT incluye una mina de carbón y dos centrales de generación de energía. Durante la gestión de Alberto Fernández, estuvo bajo la dirección de Aníbal Fernández, aunque su producción nunca alcanzó los niveles esperados.
En los últimos meses, el Gobierno ha tomado medidas para combatir la corrupción dentro de la empresa. En abril, despidieron a Thierry Decoud, funcionario vinculado a la administración de Mauricio Macri, tras denuncias sobre presuntos pedidos de sobornos. En su lugar, asumió Pablo Sebastián Gordillo Arraigada, designado por el gobernador Vidal, lo que garantizó la participación de la provincia en la transformación de la entidad.
Problemas laborales y producción limitada
Uno de los principales obstáculos para la privatización es la abultada plantilla de trabajadores. Desde la gestión de Daniel Peralta, se han firmado acuerdos con los gremios que llevaron a una superpoblación de empleados, generando un alto costo operativo. Pese a ello, la mina sigue siendo una fuente de sustento para las comunidades cercanas, lo que convierte su posible reestructuración en un tema sensible.
A nivel productivo, YCRT enfrenta desafíos para cumplir con la demanda del mercado internacional. China, uno de los principales compradores potenciales, requiere al menos 30.000 toneladas de carbón por mes, mientras que la mina, en su mejor rendimiento, apenas alcanza las 20.000 toneladas. Además, la distancia de 300 kilómetros hasta el puerto incrementa los costos de exportación, reduciendo su competitividad.
Estrategias y proyecciones
Algunos expertos han sugerido la implementación de un plan de subsidios para modernizar el equipamiento y mejorar la productividad, pero el Gobierno descarta esa posibilidad debido a su impacto fiscal. La privatización de YCRT se alinea con el objetivo de Milei de reducir el déficit y optimizar el gasto estatal. La gestión considera que la intervención privada podría mejorar la eficiencia de la explotación del carbón y generar mayores ingresos.
El proceso de transformación en Sociedad Anónima es solo el primer paso de un camino que el Gobierno proyecta como largo. La venta de YCRT podría darse en etapas, priorizando la atracción de inversiones para mejorar la infraestructura antes de concretar la transferencia a manos privadas. Mientras tanto, Santa Cruz observa con cautela las decisiones del Ejecutivo, temiendo que el pasivo de la empresa recaiga sobre la provincia mientras los activos más rentables sean privatizados.
El plan de privatizaciones sigue adelante como una de las principales apuestas del Gobierno. La transformación de YCRT es un nuevo capítulo en la estrategia de Milei para achicar el Estado y mejorar la eficiencia económica del país.