Capitán América: Un Nuevo Mundo ya está en los cines de todo el mundo. Antes del estreno, la expectativa en torno al film ya era alta, especialmente por el debut de Sam Wilson (Anthony Mackie) como el nuevo Capitán América y la incorporación de Harrison Ford al Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) en el rol del presidente Thaddeus Ross.
Ahora, tras su lanzamiento, la película ha sido analizada en detalle, y los comentarios generales resaltan un tono más clásico dentro de la franquicia, algo que se considera un alivio en medio del declive creativo que ha experimentado Marvel en los últimos años. “Capitán América: Un Nuevo Mundo cumple con la tradición de las películas del personaje dentro de la franquicia de Marvel.
Ahora que las películas del estudio han logrado convertirse en aparatos cada vez más feos y absurdos, volver sobre el Capitán América es un verdadero alivio para el ojo humano”, señala una de las críticas. Este retorno a una narrativa más sencilla y clara, junto con efectos visuales decentes y escenarios realistas, ha sido bien recibido por el público.
La cuarta entrega de la saga del Capitán América es la primera protagonizada por Sam Wilson, quien hereda el escudo de Steve Rogers, Anthony Mackie cumple en su rol, pero la falta de una verdadera conexión con la identidad del Capitán América pesa en la narrativa.
La historia se desarrolla sin rodeos, evitando los excesivos prólogos y flashbacks que han caracterizado otras entregas del MCU. En la película, el recién electo presidente de Estados Unidos, Thaddeus “Thunderbolt” Ross (interpretado por Harrison Ford), busca la colaboración del Capitán América, pero un incidente cambia radicalmente la relación entre ambos. Wilson contará con el apoyo de Joaquín Torres (Danny Ramírez) y la agente Ruth Bat-Seraph (Shira Hass) para enfrentar una amenaza de escala internacional y un viejo enemigo: el científico Samuel Sterns (Tim Blake Nelson).
Uno de los aspectos más interesantes de esta entrega es su conexión directa con “El Increíble Hulk” (2008), la segunda película del MCU. En ella, Ross era interpretado por William Hurt, y en “Un Nuevo Mundo” también regresan Liv Tyler como la hija de Ross y Tim Blake Nelson en su rol original. La inclusión de Harrison Ford en el papel del presidente Ross ha sido considerada un gran acierto, destacándose como el segundo personaje más relevante de la película y aportando su profesionalismo al universo Marvel.
Otro de los puntos fuertes del film es su enfoque en escenas de acción bien equilibradas, sin recurrir a la exageración que ha caracterizado a muchas producciones recientes de Marvel. “La película no pretende ir muy lejos y se conforma con algunas escenas de acción que no se pasan de rosca ni involucran ciudades enteras, esa exageración que suele hacer de Marvel una exageración soporífera y sin gracia”, se menciona en otra reseña. Sin embargo, algunos críticos han señalado que el film deja muchas puertas abiertas para futuras secuelas, lo que podría llevar nuevamente al MCU hacia un enfoque más desordenado en el futuro.
Previo al estreno, una de las grandes dudas de los fanáticos era la presencia de escenas postcréditos. La información disponible antes del lanzamiento confirmaba que “Capitán América: Un Nuevo Mundo” contaría con al menos una escena postcréditos. Como es costumbre en Marvel, estas secuencias ofrecen pistas sobre lo que vendrá en futuras entregas del MCU y han generado diversas teorías entre los seguidores. “Esta escena ofrece un vistazo emocionante que sin duda generará teorías y conversaciones entre los seguidores”, se anticipaba en información previa al estreno.
Ahora que la película ya ha sido estrenada a nivel mundial, los espectadores han podido ver por sí mismos cómo encaja “Un Nuevo Mundo” en la narrativa general del MCU. Con un enfoque más clásico y contenido, la cinta ha sido recibida con cierto alivio por parte de aquellos que esperaban un regreso a la esencia más tradicional de las historias de superhéroes.
A pesar de algunos defectos, como la falta de profundidad en ciertos personajes secundarios y una banda sonora poco memorable, además de haber dejado de lado las agendas políticas e inclusiones forzadas que tanto dinero le costo, en los últimos años, a Disney. La película logra ofrecer una experiencia entretenida y, sobre todo, coherente dentro del universo Marvel.