El gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, anunció una medida clave para el sector productivo de la provincia: la exención del impuesto a los Ingresos Brutos para los productores ganaderos y la eliminación del impuesto Inmobiliario Rural. Esta decisión, alineada con la política nacional de reducción de cargas impositivas impulsada por el presidente Javier Milei, busca aliviar la presión fiscal sobre los productores y fomentar el crecimiento del sector agropecuario. Además, Torres anticipó la eliminación de la denominada “tasa del zorro”, un tributo innecesario que complicaba aún más el entramado burocrático de la provincia.
Una medida necesaria para el desarrollo del sector productivo
El anuncio de Torres responde a la necesidad de brindar un alivio concreto a los productores rurales, quienes han enfrentado adversidades climáticas y una elevada carga impositiva que ha obstaculizado el desarrollo del sector. “Vamos a eximir de Ingresos Brutos al sector productivo ganadero y del pago del impuesto Inmobiliario Rural, en reconocimiento a las dificultades climáticas enfrentadas el año pasado y en línea con la baja de retenciones del Gobierno Nacional”, explicó el gobernador.
Este enfoque promercado es una muestra clara de que la mejor forma de potenciar la economía no es subsidiando sectores improductivos, sino eliminando trabas para que la actividad privada pueda desarrollarse libremente. Al bajar impuestos, el gobierno de Chubut permite que los productores puedan reinvertir en sus actividades, generando empleo y fortaleciendo la economía regional.
Un ejemplo de gestión eficiente
Torres destacó que estas medidas son posibles gracias a una administración ordenada y eficiente de los recursos provinciales. “Es posible gracias a una administración eficiente de los recursos, que nos permitió alcanzar un escenario de superávit financiero en apenas un año, tras haber recibido una provincia fundida y con los niveles de endeudamiento más altos de la Argentina”, subrayó el mandatario.
Este mensaje es un claro contraste con la situación de otras provincias que, en lugar de ajustar el gasto público y reducir impuestos, continúan aumentando la presión fiscal sobre los sectores productivos. Mientras que Chubut ha demostrado que es posible sanear las cuentas públicas sin perjudicar a los contribuyentes, otras provincias siguen atadas a modelos obsoletos de intervención estatal y clientelismo político.
¿Por qué Tucumán debería seguir este camino?
A diferencia de Chubut, la provincia de Tucumán ha optado por un enfoque distinto, marcando distancia con estas iniciativas de alivio fiscal. La administración de Osvaldo Jaldo ha priorizado el mantenimiento de estructuras burocráticas sobredimensionadas y el asistencialismo, en lugar de incentivar la producción y el desarrollo económico.
Tucumán, como muchas otras provincias del país, enfrenta serios problemas de infraestructura y un tejido productivo asfixiado por la presión impositiva. La falta de incentivos reales para el sector agropecuario y el comercio ha generado un estancamiento económico que solo puede revertirse con medidas similares a las que está implementando Chubut.
En este sentido, el camino que ha tomado el gobierno de Ignacio Torres debería servir de ejemplo para aquellas provincias que aún se resisten a adoptar reformas estructurales. La simplificación tributaria y la reducción de impuestos no solo benefician a los productores, sino que también generan un clima de inversión favorable, permitiendo la creación de empleo genuino y el crecimiento sostenible de la economía.
Un llamado a todas las provincias
La decisión de Chubut de reducir impuestos al campo no debería ser una excepción, sino la norma en todo el país. La Argentina necesita avanzar hacia un modelo de menor presión fiscal y mayor libertad económica, donde el Estado deje de ser un obstáculo para la producción y el trabajo.
El gobierno nacional, liderado por Javier Milei, ha dado señales claras de que el camino es la reducción del gasto público y la desregulación de la economía. Sin embargo, estas medidas deben ser acompañadas por las provincias para lograr un verdadero cambio estructural. La eliminación de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos y el Inmobiliario Rural debería replicarse en todo el país, permitiendo que el sector productivo sea el motor del crecimiento y la recuperación económica.
Las provincias que aún se resisten a estas reformas deben comprender que la única forma de salir del estancamiento es a través de una economía libre, con menos impuestos y mayor incentivo para la inversión. Chubut ha dado un paso en la dirección correcta. Ahora es momento de que otras provincias, especialmente Tucumán, tomen nota y sigan el mismo camino.