Donald Trump asumió posesión como 47º mandatario en la historia de Estados Unidos con la promesa de un gobierno restaurador y denunciando una “horrible traición” al pueblo.
Donald John Trump juró como el 47º presidente en la historia de Estados Unidos con la promesa de abrir una era dorada, creando un país próspero, libre, más fuerte, y poniendo punto final a lo que llamó el dominio de un establishment “radical y corrupto” que llevó a la primera potencia global a la decadencia.
El discurso que dio inicio al segundp mandato de Trump, el cual brindó ante unos 800 invitados en el Congreso, entre ellos, el Presidente Javier Milei, dejó además una larga lista de anuncios que su nuevo gobierno comenzará a implementar desde el primer día, incluido un cierre virtual de la frontera con México y el envío de tropas, la declaración de una emergencia energética para ampliar la producción de petróleo, el reconocimiento de sólo dos géneros -masculino y femenino-, y el compromiso de una ofensiva para recuperar el control del canal de Panamá.
“La era dorada de Estados Unidos comienza ahora mismo”, expresó Trump, en la primera frase de su mensaje luego de prestar juramente ante el presidente la Corte Suprema, el juez John Roberts.
Además, el republicano dejó en claro que “la máxima prioridad será crear una nación orgullosa, próspera, valiente y libre. Estados Unidos pronto será más grande, más fuerte y mucho más excepcional que nunca”, prometió el recién electo al pueblo estadounidense.
Trump goza de la gran ventaja de venir del sectror privado, lo que le permitió construir un gran discurso anti establishment, y dijo que tenía un “mandato” para revertir total y completamente una “horrible traición” de la clase gobernante al pueblo, y recuperar una prosperidad perdida.
“Mi reciente elección es un mandato para revertir total y completamente una horrible traición y todas estas muchas traiciones que han tenido lugar, y devolverle al pueblo su fe, su riqueza, su democracia y, de hecho, su libertad”, exclamó Trump.
El mensaje inaugural de Trump tuvo un tinte muy similar comparado con lo que emitió en su primera inauguración a principios de 2017, cuando que su llegada al poder marcaba el fin de una “carnicería americana”. Pero si bien el discurso tuvo el mismo aura restauradora, esta vez un poco más allá y anunció que le cambiará el nombre al Golfo de México por “Golfo de América”, además de dejar en claro su intención de tomar control del canal de Panamá.
Otro tomo llamativo fue su maso de acciones precisas. A diferencia de su primera presidencia, Trump es ahora donde se lo veía muchas veces muy desentendido de la poítica, ahora es un presidente con mas experiencia en la gestión pública y la política en general. Por otra parte, gobernará con un gabinete de leales, tiene el control absoluto del Partido Republicano y del Congreso, y regresa al Salón Oval reivindicado y fortalecido por su triunfo en la última elección presidencial.
Metralleta de decretos
El Presidente americano dio algunos anticipos de los escritos que comenzará hoy mismos para comenzar una “completa restauración”, una “revolución de sentido común” para imprimir un franco cambio de rumbo en Estados Unidos.
Trump anunció que declarará la emergencia nacional en la frontera sur con México para frenar los traspasos ilegales, volverá a implementar la política conocida como “Permanecer en México” y prohibirá que los inmigrantes arrestados sean liberados en el país mientras esperan la resolución de su causa judicial, una práctica conocida como “pescar y soltar”.
Además, Trump dijo que pondrá mano dura en las fronteras y utilizará las tropas estadounidenses. Las detenciones, sin embargo, se han derrumbado desde que Biden cambió su política migratoria el año anterior. Trump además eliminó el uso de la aplicación “CPB One”, que le ha permitido a casi un millón de extranjeros conseguir un permiso de residencia legal para entrar en el país.
La inflación, un problema a mitigar
Es de público conocimiento que EEUU tuvo su inflación más alta en 40 años con Joe Biden, por eso también se refirió al principal flagelo que sufren millones de norteamericanos día a día. El flamante ejecutivo dijo que la raíz del alza del costo de vida fue “un gasto excesivo”, y el aumento de los precios de la energía.
“La crisis inflacionaria fue causada por un gasto excesivo masivo y por el aumento de los precios de la energía, y es por eso que hoy también declararé una emergencia energética nacional. Perforaremos, cariño, perforaremos”, dijo el mandatario. “Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a lograrlo con mis acciones”, adelantó.
Trump prometió terminar con la politización de la Justicia–un problema que para los demócratas es un invento trumpista para justificar su prontuario judicial–, y que el gobierno federal dejará de intentar introducir la raza, el género o “cada aspecto de la política pública o privada”. Su gobierno, dijo, impulsará una sociedad que no tenga en cuenta el color de la piel y que esté basada en el mérito. Más tarde, anticipó que firmará “muchos” indultos a los condenados por el asalto al Congreso. Y anunció que el gobierno federal solo reconocerá dos géneros: masculino y femenino.
Además, cargó con mucha dureza en contra la administración del canal de Panamá en el país centroamericano. “Hemos sido tratados muy mal con este regalo tonto que nunca debió haberse hecho, y la promesa que nos hizo Panamá se ha roto. El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado han sido totalmente violados”, dijo el presidente. “China está operando el Canal de Panamá. Y no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y lo vamos a recuperar”, afirmó.
Finalmente, Trump matizó el tono oscuro y distópico y ofreció un par de frases bañadas de optimismo sobre el futuro. Aunque su regreso al poder ha sido recibido con pánico y esperanza, incluso fuera de las fronteras del país, Trump dijo que el país “volverá a ser respetado y admirado”. Y enmarcó su retorno al poder como un testimonio de que nada es imposible.
“No seremos conquistados, no seremos intimidados, no seremos quebrantados y no fracasaremos. A partir de este día, los Estados Unidos será una nación libre, soberana e independiente. Nos mantendremos firmes, viviremos con orgullo, soñaremos con valentía y nada se interpondrá en nuestro camino, porque somos estadounidenses”, continuó ya cerrando su mensaje. “El futuro es nuestro, y nuestra edad de oro acaba de comenzar”, se despidió el mandatario entre aplausos, ovaciones y gente emocionada.