El Gobierno nacional continúa avanzando con su plan de estabilización económica, y tras los buenos resultados del índice de inflación en diciembre (2,7%) y la decisión de ralentizar el ritmo de devaluación del dólar oficial, ahora concentra su atención en una posible reducción de la tasa de interés de referencia. Esta medida, que podría ser determinada en las próximas semanas, busca consolidar el proceso de desinflación y mantener el atractivo del peso como instrumento de inversión.
Un nuevo ritmo para el dólar oficial
El tipo de cambio oficial comenzará a moverse a un ritmo del 1% mensual a partir de febrero, una decisión estratégica anunciada previamente por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo. Este ajuste forma parte de una política destinada a disminuir la nominalidad de la economía y reducir las expectativas inflacionarias en el corto y mediano plazo.
El mercado ya prevé que esta moderación en el crawling peg —la devaluación gradual del peso frente al dólar— permitirá al Banco Central (BCRA) evaluar un recorte en la tasa de política monetaria. Actualmente, la tasa se encuentra en el 32% nominal anual (TNA), lo que representa un rendimiento efectivo mensual de 2,6%. Aunque está apenas por debajo del índice de inflación de diciembre, sigue siendo positiva respecto de las expectativas para los próximos meses, que según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA anticipan una inflación de 2,5% en enero y 2,3% en febrero.
El desafío de ajustar las tasas de interés
Una reducción de la tasa de referencia requiere de un equilibrio delicado, ya que debe mantener el atractivo del peso para los inversores y evitar un desincentivo hacia el carry trade —la estrategia que permite obtener rendimientos en pesos superiores a los costos implícitos en dólares—. Analistas financieros, como los de GMA Capital, estiman que el BCRA podría recortar la tasa entre 300 y 500 puntos básicos, dejándola entre el 27% y el 29% TNA.
Este ajuste permitiría alinear los incentivos económicos sin desarmar la estrategia de estabilización, especialmente en un contexto donde el spread entre la tasa de referencia y el ritmo del dólar oficial se amplía, favoreciendo a quienes optan por invertir en moneda local.
Impacto en la economía y la inflación
La ralentización del dólar oficial y un eventual recorte de tasas de interés están diseñados para reforzar el proceso de desinflación y al mismo tiempo estimular la actividad económica. Con un índice de inflación que cerró 2024 en 117,8% —significativamente inferior al 211,4% registrado en 2023—, el Gobierno busca consolidar esta tendencia positiva mientras envía señales de confianza a los inversores y al mercado en general.
Según Portfolio Personal Inversiones, el ajuste del crawling peg tiene como objetivo reducir el impacto en los precios de los bienes no regulados, que representan el 64,3% del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este enfoque podría profundizar la desinflación, a la vez que preserva el atractivo de las tasas en pesos para los inversores, fomentando la acumulación de reservas por parte del BCRA.
Expectativas del mercado y próximas decisiones
El consenso en el mercado es que el BCRA tiene margen para realizar un nuevo recorte en las tasas de interés sin comprometer la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, algunas consultoras, como LCG, advierten que la necesidad de intervención en los mercados paralelos de dólares podría retrasar la decisión. La intervención en el dólar Contado con Liquidación (CCL) y el dólar MEP ha sido una herramienta recurrente del BCRA para reducir la volatilidad cambiaria y garantizar un mercado más estable.
El Directorio del Banco Central se reunirá este jueves, y podría determinar una baja en la tasa de interés tras evaluar los resultados de la licitación de deuda en pesos que llevará a cabo la Secretaría de Finanzas este miércoles. Este evento será clave para definir los niveles de tasas que el equipo económico validará como señal al mercado.
Hacia una economía más estable
Con estas medidas, el Gobierno reafirma su compromiso con un plan económico que prioriza la estabilidad, el control de la inflación y el crecimiento sostenible. La combinación de un ritmo más lento del dólar oficial, una eventual reducción de tasas de interés y el fortalecimiento del peso busca construir un camino hacia una economía menos dependiente de la volatilidad cambiaria y más orientada al desarrollo productivo.
La estrategia del equipo económico, liderado por el ministro Caputo, refleja un enfoque integral que busca garantizar un equilibrio entre la desinflación, la competitividad de la economía y el bienestar de los ciudadanos, marcando una nueva etapa en la política monetaria y cambiaria del país.
Redactor: Quirós Joaquín