Tras la multitudinaria marcha federal en defensa de las universidades, el Gobierno oficializó el veto a la ley de Financiamiento Universitario, argumentando que la normativa buscaba “perjudicar políticamente” a la administración y afectaría el equilibrio fiscal con partidas no previstas en el presupuesto. En un comunicado previo, el Ejecutivo acusó a líderes opositores que participaron en la manifestación de conformar “un nuevo frente populista de izquierda”.
Mediante el decreto 879/2024, el presidente Javier Milei rechazó la ley aprobada por el Congreso, que pretendía aumentar los fondos destinados a las universidades y mejorar los salarios de docentes y no docentes. La medida contaba con un amplio respaldo de la sociedad civil.
El comunicado presidencial emitido más temprano descalificó la iniciativa y responsabilizó a figuras opositoras como Cristina Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió de liderar una ofensiva política contra el gobierno. “El Poder Ejecutivo celebra el sinceramiento de estos dirigentes, que ahora se unen abiertamente para obstaculizar el plan económico del Presidente”, afirmaron desde la Casa Rosada.
El texto oficial denunció que la participación de estos líderes en la marcha refleja la consolidación de un “frente populista de izquierda” destinado a proteger “los privilegios de la clase política”.
Pese al veto, el Gobierno reafirmó su “compromiso con las Universidades Nacionales” y con el esfuerzo de los argentinos “para alcanzar el déficit cero, reducir la inflación y recuperar la prosperidad económica”. Además, concluyó con una firme declaración: “Esta administración no cederá ante el espectáculo mediático, los proyectos irresponsables ni la manipulación de causas nobles con fines partidarios”.