El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, junto con los principales referentes de cada bloque, sostuvieron una reunión en Labor Parlamentaria el martes por la noche para organizar la sesión que iniciará este miércoles a las 10 de la mañana, abordando la “Ley Ómnibus”. Se espera que esta sesión establezca récords en términos de duración.
Aunque el oficialismo cuenta con la base de votos para la aprobación en general, la UCR y Hacemos Coalición Federal expresan reservas sobre varios puntos del proyecto.
Según fuentes, la propuesta del oficialismo, bien recibida por todos los bloques, contempla la posibilidad de realizar un cuarto intermedio en un horario razonable de la noche del miércoles, proporcionando a los legisladores algunas horas de descanso para recuperar energías.
Por el momento no se han establecido horarios precisos, se decidirá sobre la marcha, mostrando flexibilidad. Si la primera parte de la sesión se extiende más allá de la madrugada, existe la posibilidad de retomarla al día siguiente al mediodía en lugar de a las 10 de la mañana, como inicialmente estaba estipulado.
Por otra parte, se definió que el miembro informante del oficialismo, Gabriel Bornoroni, presidente de la comisión de Legislación General, leerá los cambios al dictamen de mayoría al comienzo del debate.
Antes, se tratarán 22 cuestiones de privilegio, lo cual insumirá una hora y media, según estimaron fuentes parlamentarias que participaron de la reunión de Labor.
En ese bloque, se verterán las denuncias sobre la presunta invalidez de la sesión que declaman Unión por la Patria y el Frente de Izquierda, que apuntan a las irregularidades en la firma del dictamen de mayoría, cuyo contenido fue reformado posteriormente.
Denuncian, puntualmente, que lo que se va a estar votando no es el mismo texto que el expediente que se firmó con dictamen de mayoría.
Es por eso que, en el Frente de Izquierda, intuyen que al comienzo del debate por la “Ley de Bases” el oficialismo solamente leerá los cambios al texto, pero no presentarán el expediente reformado, porque eso supondría una confesión de que lo que se está sometiendo a votación es un “dictamen blue”, que nadie conoce, y no el que se firmó en el plenario de comisiones.