Aplicadas las nuevas disposiciones en materia de economía ordenadas por el presidente Javier Milei en los primeros días de su gestión, se observaron marcados incrementos en los precios de los productos más demandados de la canasta básica alimentaria. En el caso de la carne, la subida promedio fue del 50%, lo que generó una disminución significativa en las ventas.
Ante esta situación, varias carnicerías optaron por reducir sus precios de venta al público. Sebastián, un empleado de una carnicería, explicó a un medio local que la decisión de ajustar los valores a cifras anteriores al aumento inflacionario se tomó con el objetivo de recuperar las ventas, las cuales experimentaron una caída del 40%.
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“Un asado para siete personas, que antes costaba $24.000, ahora se vende a $12.000. Los cortes destinados a milanesas, que tenían un precio de $6.800, han bajado a $4.500”, ejemplificó el vendedor. Detalló que los cortes más costosos, como el jamón y la nalga, se sitúan alrededor de los $5.500, mientras que el primo y el duro son los más económicos, rondando los $2.800.
Sebastián también subrayó que el precio de la carne no ha alcanzado un equilibrio, lo que podría dar lugar a nuevas subidas en las próximas semanas. “Se tomó esta medida debido a la caída tan drástica. De cien personas que solían comprar, ahora solo son cincuenta en un día”, reveló.