El Gobierno nacional prepara una serie de decretos para avanzar con una “importante refuncionalización” del Estado, en el marco del plan de achicamiento impulsado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. El funcionario confirmó que se llevará a cabo una reestructuración profunda de diversas áreas gubernamentales, cuyo detalle será anunciado en los próximos días por el vocero presidencial y candidato a jefe de Gobierno porteño, Manuel Adorni.
En declaraciones recientes, Sturzenegger explicó que se trabaja en un extenso relevamiento de cerca de 700.000 decretos, muchos de los cuales, según reconoció, “se desconoce si siguen activos o qué impacto generan en la economía y la sociedad”. El objetivo, remarcó, es lograr “una limpieza muy fuerte para fin de año”, con el fin de establecer reglas claras para los argentinos.
Una de las críticas centrales del ministro apuntó contra la proliferación de organismos descentralizados durante gobiernos anteriores, a los que acusó de crear nuevos trámites para autofinanciarse. “El problema es que esos organismos tienen la capacidad de cobrar, entonces empezaron a inventar trámites. Vamos a volver a centralizar eso”, afirmó.
Sturzenegger también defendió el símbolo de la motosierra como ícono de la política de recorte estatal promovida por el presidente Javier Milei. “Cada gasto que el Estado ahorra es un impuesto menos que paga la gente”, aseguró. Según el ministro, la reducción del gasto público ya permitió “sacar a 10 millones de personas de la pobreza” y lograr en el primer año de gestión una baja del gasto equivalente a cinco puntos del Producto Bruto Interno (PBI).
Finalmente, sostuvo que “el Estado grande es ajuste para la sociedad”, ya que genera mayores costos que, inevitablemente, son trasladados a los ciudadanos a través de impuestos. Sturzenegger afirmó que el enfoque de Milei consistió en hacer “todo lo contrario al ajuste tradicional”, apostando a transferir directamente a la población los recursos que anteriormente se destinaban a gastos estatales que calificó como “inútiles y corruptos”.

