Los vecinos de Alto Verde I, II y III sufren el descuido público de los caminos que llevan a sus hogares. Los habitantes acumulan una montaña de reclamos hacia las autoridades de Yerba Buena: Pablo Macchiarola y Mariano Campero. Otra personalidad que está en la mira es Pablo Padilla, un desarrollador inmobiliario. Obras básicas inconclusas y deterioro de la zona son las principales quejas.
Las quejas apuntan directamente al municipio, hoy bajo la gestión de Macchiarola y anteriormente de Mariano Campero. Acusan a ambos de permitir que Padilla avance con las etapas 4 y 5 del complejo sin haber cumplido con las condiciones mínimas en las etapas anteriores.
La falta de desagües pluviales, caminos en condiciones, un acceso seguro, y el control al desmoronamiento del canal Cainzo, expone a los vecinos a situaciones críticas cada vez que llueve. A esto se le debe sumar la oscuridad que padece el sendero, lo que termina formulando un combo asesino.
Uno de los principales puntos de conflicto es el estado del puente de acceso a la zona, por donde transitan a diario camiones pesados de nuevas obras. La estructura no cuenta con habilitación formal ni mantenimiento, y los vecinos advierten que podría colapsar en cualquier momento. «Nos dijeron que iban a arreglarlo hace años. Hoy es un riesgo para cualquiera que pase por ahí», sostienen.
En paralelo, se repiten los cortes de agua y la presión es casi nula durante jornadas completas. La falta de un sistema hídrico acorde al crecimiento de los barrios pone en jaque la habitabilidad. «Abrimos la canilla y no sale nada. Pagamos impuestos como en cualquier parte de Yerba Buena, pero no tenemos ni lo mínimo».
Según los vecinos, no se están respetando los compromisos asumidos en el desarrollo urbano. El enojo crece al ver cómo se publicitan nuevos lotes mientras las condiciones de vida en los sectores habitados empeoran. «La municipalidad habilita más obras, pero no controla ni lo que ya se construyó».
En febrero, la Dirección Provincial del Agua (DPA) emitió la aceptación formal del Proyecto Ejecutivo de Desagües Pluviales presentado por la empresa Alto Verde Barrio Privado S.A. El plan incluía la construcción de sumideros, canales, alcantarillas y badenes con capacidad de escurrimiento diseñada para lluvias con recurrencia de 10 años.
Sin embargo, los vecinos aseguran que nada de eso se ve ejecutado en el terreno. Los puntos críticos identificados en el estudio —como el bajo lindero al norte del camino de sirga o el cruce con el canal Cainzo— siguen igual de abandonados. «Nos mostraron planos, pero las obras no existen. El barro sigue entrando a las casas cada vez que llueve fuerte», afirman.
El informe oficial también recomienda inspecciones periódicas por parte del municipio y de la DPA, además de exigir el cumplimiento de normas ambientales, matriculación profesional y condiciones de seguridad. Pero los residentes denuncian que no hay seguimiento ni controles efectivos.
Cansados de esperar respuestas, los vecinos presentaron reclamos formales ante el municipio y evalúan realizar una manifestación en las próximas semanas. Exigen que se frene el avance de las nuevas etapas hasta que se garanticen condiciones mínimas de infraestructura y seguridad en los barrios actuales. «Queremos que se cumpla lo prometido. No estamos pidiendo lujos, solo vivir con dignidad. Y si Padilla no lo hace, que el Estado intervenga como corresponde», concluyen.
Fuente: Vove