El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, defendió la medida que llevan adelante con el gobierno nacional y lanzó: “Un poco están enojados porque tomamos medidas que antes no se tomaban. No tenemos por que explicarle a Bolivia”.
Este lunes el Gobierno Nacional, conjuntamente con la administración local de Salta, avanzó con el novedoso proyecto de construir un cercado de 200 metros hecho de alambre para frenar el cruce fronterizo con el país vecino de Bolivia. Pese a las críticas que llegaron desde aquellas tierras, el proceso ya comenzó y no hay vuelta atrás. Para terminar de crear rispideces con los bolivianos, Sáenz apuntó: “No tenemos por qué explicarle a Bolivia lo que estamos haciendo”.
Esta mañana, luego de que se diera a conocer que la municipalidad de Aguas Blancas había llamado a licitación para construir el alambrado fronterizo en el río Bermejo, la Cancillería de Bolivia advirtió que “cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica entre pueblos hermanos”, palabras que poco le importaroon al gobernador salteño y a la administración nacional de Javier Milei.
El máximo mandatario de la provincia del norte argentino se mostró sorprendido ante los reclamos por parte del Ejecutivo boliviano, actualmente a cargo de Luis Arce, y sostuvo: “Uno escucha estos reclamos… Son una locura. Es una alambrado que busca encausar la llegada y la salida de aquellos que cruzan la frontera. Este alambrado lo que busca únicamente es que aquellas personas que llegan a la terminal de ómnibus en Aguas Blancas vayan por ese lugar hasta llegar a Migraciones”, subrayó.
Por la misma senda, Sáenz consideró que el comunicado de la cancillería boliviana fue “cómico” y disparó: “Nosotros podemos explicar en tanto y en cuanto estemos invadiendo su frontera o el país, pero no se está haciendo eso. Este alambrado solo está ocupando el tejido municipal de Aguas Blancas. No tenemos por qué dar explicaciones sobre este tema. La frontera son 740 kilómetros. Estamos hablando de dos cuadras y media dentro de nuestra casa. No tenemos por qué explicarle a Bolivia lo que estamos haciendo. Se anticiparon o pensaron que teníamos otra intención. La única intención es saber quién entra y quién se va, y que pasen por los lugares que corresponden”.Para el titular del Poder Ejecutivo de Salta, Bolivia está “un poco enojada” porque su administración está llevando a cabo “medidas que antes no se tomaban”. Al respecto, destacó: “Empezamos con eliminar la salud pública gratuita para los extranjeros, que se había transformado en una situación bastante compleja.Argentina es un país generoso. Atendíamos a los extranjeros, daban turnos programados y no teníamos turnos para los salteños. Tomamos esta decisión hace 11 meses: si se quieren atender en Argentina, tienen que pagar, como pagamos nosotros en cualquier lugar del mundo. La salud no es gratuita y no hay reciprocidad”, mencionó.Ya sobre el final del reportaje, el Gobernador aseguró que “No hay nada en contra de los países vecinos” y lo único que se busca es “eficientizar los recursos y ser justos con los nuestros”.