El dato de inflación de diciembre que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) divulgará hoy podría marcar un punto de inflexión en la política cambiaria del Gobierno. Si el índice de precios al consumidor se mantiene por debajo del 3%, como anticipan diversos economistas, el Ejecutivo podría avanzar con una medida clave para profundizar la desaceleración inflacionaria: reducir el ritmo del ajuste del dólar oficial, conocido como crawling peg, del 2% al 1% mensual.
La inflación ha mostrado una notable desaceleración en los últimos meses. En octubre, el índice se ubicó en 2,7%, mientras que en noviembre descendió a 2,4%, el nivel más bajo del año. De confirmarse un dato inferior al 3% en diciembre, sería el tercer mes consecutivo con valores moderados, una señal que el presidente Javier Milei y su equipo económico, liderado por Luis Caputo, habían identificado como requisito para avanzar con este cambio en la política cambiaria.
El anuncio, sin embargo, no sería inmediato. Según fuentes del Gobierno, la implementación de este ajuste podría producirse recién en febrero, con el objetivo de garantizar que la tendencia inflacionaria se consolide y que el impacto sobre la economía sea sostenible.
Un paso hacia la unificación cambiaria
La reducción del ajuste del dólar oficial tiene como objetivo principal acelerar la disminución de la inflación, un compromiso central del Gobierno de Milei. En un contexto donde las importaciones cuentan con acceso a divisas, una menor depreciación del tipo de cambio debería traducirse en menores costos para las empresas que dependen de insumos importados y, en consecuencia, en menores precios para los consumidores.
Esta medida también se enmarca dentro del plan económico de largo plazo que busca preparar el terreno para la unificación cambiaria. Aunque esta última no se concretaría antes de las elecciones legislativas, el gobierno considera que reducir el ritmo de devaluación es un paso fundamental hacia ese objetivo, minimizando las distorsiones actuales y fomentando la previsibilidad económica.
Riesgos y críticas al plan
No obstante, algunos economistas y sectores empresariales han expresado su preocupación por las posibles consecuencias negativas de esta política. Una de las principales críticas es que desacelerar el ajuste del dólar podría agravar el atraso cambiario, ya que la inflación proyectada para los próximos meses se mantendría por encima del 2%, mientras que el dólar oficial se movería a un ritmo menor.
Otra preocupación es el impacto en la brecha cambiaria. En las últimas semanas, los dólares financieros han mostrado una tendencia al alza, con una brecha que supera el 10%. Reducir el ritmo de devaluación del dólar oficial podría incrementar esta diferencia, dificultando el acceso a divisas en el mercado formal y aumentando la presión sobre el Banco Central (BCRA) para intervenir en el mercado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha instado al Gobierno a adoptar una mayor flexibilidad cambiaria como parte de su revisión del programa económico 2022-2023. Según el organismo, esta estrategia permitiría al BCRA acumular reservas internacionales, un objetivo crítico en la agenda económica del Gobierno.
Inflación y tasas de interés
Además del ajuste del dólar, el Gobierno evalúa una posible reducción adicional de la tasa de interés de política monetaria, que actualmente se encuentra en 32%. El mes pasado, el BCRA recortó la tasa desde el 35%, y las expectativas inflacionarias para 2025, que rondan el 25%, abren la puerta a un nuevo recorte. Sin embargo, este movimiento no sería inmediato, ya que los analistas advierten que el contexto internacional y la reciente firmeza de los dólares financieros podrían retrasar esta decisión hasta febrero.
La coordinación entre la política cambiaria y monetaria será crucial para garantizar el éxito de estas medidas. La reducción simultánea del ajuste del dólar y de las tasas de interés permitiría alinear las expectativas económicas, consolidar la tendencia a la baja de la inflación y fortalecer la estabilidad macroeconómica.
Un desafío para el Gobierno
La decisión que tome el Gobierno en las próximas semanas será clave para definir el rumbo de la economía en el corto y mediano plazo. Aunque existen riesgos asociados, el equipo económico confía en que la estrategia adoptada permitirá acelerar la desinflación, reducir las distorsiones cambiarias y avanzar hacia un sistema económico más competitivo y eficiente.
Con un enfoque pragmático y orientado a resultados, la administración de Javier Milei apuesta a consolidar los avances logrados en materia inflacionaria y a implementar reformas estructurales que sienten las bases de un crecimiento sostenible. Los próximos meses serán decisivos para determinar si estas políticas logran cumplir con las expectativas y generan el impacto esperado en la economía argentina.
Fuente: Infobae