El desafío de expresar orgullo sin incomodar: cómo los padres lidian con los logros de sus hijos en un mundo competitivo
Los padres enfrentan un dilema común: compartir los logros de sus hijos sin parecer arrogantes ni generar incomodidad en los demás. Este fenómeno, conocido como mumblebragging, implica expresar orgullo bajo la apariencia de modestia, como decir: “¡Es tan agotador! Mi hijo ya está en clases avanzadas”. Aunque esta práctica puede parecer inofensiva, revela tensiones sociales más profundas sobre cómo los éxitos personales son percibidos en un entorno competitivo, especialmente en redes sociales.
¿De dónde surge esta necesidad?
Alexandra Wolfe, periodista y autora, observó cómo compartir el orgullo parental se transforma en un delicado equilibrio entre celebrar un logro y evitar la desaprobación social. En conversaciones con The Wall Street Journal, Wolfe explicó que las festividades, las reuniones familiares y las redes sociales amplifican este dilema, especialmente cuando las publicaciones reflejan más que simples alegrías cotidianas.
Plum Sykes, escritora de Wives Like Us, confesó haber criticado antes a quienes presumían de sus hijos, pero admitió que la maternidad cambió su perspectiva. “Ahora publico los dibujos de mis hijas en Instagram y reviso cuántos ‘me gusta’ reciben”, señaló, evidenciando cómo las plataformas digitales han creado un escaparate constante para el orgullo parental.
¿Orgullo genuino o competición?
Aunque es natural querer destacar los logros de los hijos, las comparaciones pueden generar incomodidad. Emily Oster, economista y autora, advierte que convertir los logros en competiciones puede alejar a los demás. “Si dices que tu hijo es mejor que otros, no ganarás amigos”, señaló.
La psicóloga infantil Aliza Pressman sugiere que los padres reflexionen sobre sus motivaciones al compartir. “¿Quieres celebrar o impresionar?”, cuestionó, destacando que los niños se benefician al escuchar elogios de sus padres, pero estos deben ser genuinos y no exagerados para evitar incomodidades sociales.
Redes sociales: el escaparate del orgullo
Las plataformas digitales han transformado la forma en que los padres comparten los logros de sus hijos, llevando lo que antes era privado a un público masivo. Punch Hutton, exeditora de Vanity Fair, comentó cómo las redes amplifican las comparaciones: “Ya no es solo que Joshua atrapó un pez, sino que lo hizo desde un yate en Cerdeña”.
Estas publicaciones, acompañadas de imágenes cuidadosamente editadas y subtítulos estratégicos, reflejan no solo orgullo, sino también una narrativa de éxito personal. Sin embargo, Wolfe cuestiona si esta exposición beneficia a los niños o si los convierte en símbolos de las aspiraciones de sus padres.
El impacto en los niños
Aunque el reconocimiento público puede reforzar la autoestima, cuando el orgullo parental se convierte en una expectativa constante, los niños pueden sentir presión para cumplir con estándares poco realistas. Expertos como Greg Lukianoff señalan que valorar el esfuerzo y la resiliencia en lugar de los resultados permite a los niños desarrollar confianza sin miedo al fracaso.
El mumblebragging y sus múltiples expresiones destacan una verdad universal: los padres quieren compartir su felicidad, pero enfrentan el desafío de equilibrar autenticidad y percepción social. En un mundo donde las redes sociales intensifican las comparaciones, encontrar ese balance se ha vuelto más difícil que nunca.