Con las altas temperaturas propias del verano, una de las mayores preocupaciones que surge es la aparición de distintos mosquitos, especialmente si estos pueden provocar dengue, una enfermedad que puede contagiar a cualquier persona y provoca que unas 500.000 personas al año sean hospitalizadas en el mundo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue es una infección vírica producida por la picadura de mosquitos del género Aedes Aegypti que se presenta cuando llegan los climas tropicales y subtropicales, principalmente en las zonas urbanas y semiurbanas. Quienes lo portan son los humanos y los mosquitos son quienes producen la transmisión y contagio.
La OMS advirtió que en los últimos años, la incidencia y la gravedad de la enfermedad aumentaron en América Latina y el Caribe.
La principal forma de contagio se da por la picadura de mosquitos, aunque se han detectado algunos casos relacionados a la transmisión sexual. Estos mosquitos también transmiten otras enfermedades como fiebre chikungunya, infección por el virus de zika y fiebre amarilla.
Prevención
- Evitar el contacto con esta especie y proteger el cuerpo y la piel de sus picaduras utilizando repelentes.
- Evitar que los mosquitos depositen huevos ordenando el hogar y erradicando basura y cacharros. Cortar el pasto.
- Usar planchas mosquiteras en las ventanas y vestirse con prendas de manga larga.
- Sanear semanalmente todos los recipientes en los que se almacena agua para uso doméstico, como los jarros de los que beben las mascotas.
- Los venenos son muy útiles para aplicar en la base de los depósitos que conservan agua a la intemperie. Sobre este punto corresponde recibir asesoramiento profesional, a los fines de evitar sustancias tóxicas o peligrosas.
- Fumigar en los productos que atraen mosquitos como maderas y neumáticos, y en zonas estancables.
Síntomas
- Fiebre alta, como síntoma característico
- Erupciones en la piel, especialmente en el cuello y los brazos
- Náuseas y vómitos (no es un síntoma siempre presente)
- Sensación de debilidad y malestar general
- Dolor muscular y articular
- Sangrado leve en la nariz y en las encías
- Dolor de garganta y tos seca
Tratamiento
No hay tratamiento específico para combatir al dengue. Es una enfermedad con una gran tasa de mortalidad, que alanza a un 2,5% de los casos, motivo por el que la prevención es la mejor medida que se puede tomar, así como el diagnóstico temprano.
El tratamiento médico resulta fundamental para evitar que el cuadro se agrave, aliviar los síntomas y prevenir la letalidad. Los efectos y evolución de la enfermedad deben controlarse. Para ello los médicos suelen recurrir a antiinflamatorios, indicaciones de reposo para el paciente y antipiréticos. Como tratamientos más profundos se sugieren el equilibrio electrolítico y las transfusiones de sangre (si hay hemorragias), acompañadas por el control de número de plaquetas.