El Club Atlético San Lorenzo de Almagro atraviesa una de las crisis más graves de su historia. La Justicia notificó oficialmente a la institución por una deuda millonaria con el fondo suizo AIS Investment Fund, y estableció un plazo de cinco días hábiles para su cancelación. En caso de incumplimiento, el club podría ingresar en un proceso de quiebra judicial, una medida con fuertes implicancias legales y deportivas.
La cifra exacta del compromiso no fue revelada, pero fuentes vinculadas al caso la califican como “significativa”, con un impacto que pondría en riesgo la operatividad cotidiana del club. Se trata de una deuda que San Lorenzo mantiene desde hace varios años y que no logró resolver pese a distintas instancias de negociación.
Por el momento, el club no se encuentra formalmente en cesación de pagos, condición necesaria para que la Justicia decrete la quiebra. Sin embargo, existen atrasos en los pagos al plantel profesional y tensiones con proveedores, lo que refleja la compleja situación financiera.
Si el fallo judicial avanzara, la Justicia podría designar a un síndico encargado de administrar los recursos del club y disponer de sus activos con el objetivo de cancelar los compromisos pendientes. Este proceso se extendería por hasta tres años. De no regularizarse la situación en ese período, el club podría enfrentar la disolución institucional o la venta de sus bienes.
La situación remite a antecedentes recordados en el fútbol argentino, como el de Racing Club en 1999, cuando fue intervenido judicialmente y gestionado por una empresa privada, o el de Ferro Carril Oeste en 2002, que fue administrado mediante un fideicomiso.
En el plano institucional, el presidente Marcelo Moretti enfrenta una fuerte presión interna y el rechazo de parte de los socios e hinchas. Desde su entorno aseguran que trabaja en una propuesta para refinanciar la deuda y evitar la intervención judicial, aunque sin confirmaciones oficiales.
Mientras tanto, el futuro de San Lorenzo permanece en incertidumbre. La cuenta regresiva impuesta por la Justicia ya está en marcha, y el club de Boedo busca una salida urgente para evitar una crisis que podría comprometer su continuidad institucional.


