Un informe del Índice de Resultados Escolares (IRE), elaborado por Argentinos por la Educación, reveló que apenas 7 de cada 100 alumnos tucumanos logran finalizar la secundaria en el tiempo teórico previsto y con aprendizajes satisfactorios en Lengua y Matemática.
La cifra ubica a la provincia entre las peores del país, por encima solo de Chaco (3%) y algunas jurisdicciones como Santiago del Estero, Misiones y Catamarca (4%).
El estudio muestra que Tucumán mejoró en terminalidad escolar —el 60% de los estudiantes de la cohorte 2013-2024 llegó al último año de secundaria en el tiempo esperado, 12 puntos más que en la cohorte 2011-2022— pero esa mejora quedó opacada por el retroceso en los aprendizajes: estancamiento en Lengua (57% en nivel satisfactorio o avanzado en 2022 y 2024) y una caída en Matemática del 16% al 12% en el mismo período.
Esta combinación provocó una baja del IRE provincial, que pasó de 11 a 7 estudiantes de cada 100 en solo dos años.
Un problema estructural
El informe también destacó que más de la mitad de los estudiantes tucumanos (50,23%) pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos, lo que limita las posibilidades de acceso a una educación de calidad. Los especialistas advierten que esta situación profundiza las desigualdades y compromete el futuro laboral y económico de los jóvenes.
A nivel nacional, el panorama tampoco es alentador: solo 10 de cada 100 estudiantes completan la secundaria en tiempo y forma, contra 13 de cada 100 en 2022. La Ciudad de Buenos Aires encabeza el ranking con un 23%, mientras que provincias del norte argentino concentran los peores resultados.
Críticas al modelo educativo provincial
El caso tucumano es paradigmático: mientras el oficialismo provincial insiste en presentarse como defensor de la educación, los datos revelan un deterioro sostenido tras 36 años de gestión del peronismo en la provincia, con avances limitados en inclusión escolar pero sin mejoras en aprendizajes básicos.
En el contexto de la campaña electoral, la contradicción quedó en evidencia: las mismas autoridades que hoy enarbolan un discurso a favor de la educación son las que administraron un sistema que, según este informe, condena a más del 90% de los jóvenes a no terminar la secundaria con los conocimientos fundamentales.