El presidente Milei ofreció un discurso en la Asamblea General en el que criticó al organismo internacional por olvidar su motivo fundacional y reafirmó la nueva orientación de la política exterior del país.
El presidente Javier Milei habló ante la Asamblea General de la ONU y reafirmó la orientación de la política exterior argentina, basada en la defensa de la libertad, la cooperación internacional y los derechos individuales.
Durante su intervención, cuestionó la evolución del organismo multilateral, al señalar que “el exitoso modelo de Naciones Unidas, que se fundaba en la cooperación de los Estados nación, se vio reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que buscan imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vivir determinado”.
Si bien criticó los excesos regulatorios, aclaró que sostiene el espíritu fundacional de la ONU y defendió la necesidad de un diálogo global para resolver los grandes problemas comunes.
Milei también reivindicó la coherencia de su gestión en la defensa de las libertades individuales, comerciales y de los derechos naturales, destacando que la Argentina ha votado en consecuencia en el último año y medio.
Además, exigió la liberación del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela por el régimen de Nicolás Maduro, y ratificó el reclamo argentino “legítimo e irrenunciable” sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
El mandatario aprovechó su discurso para contrastar la situación económica argentina con la de otros países de la región, responsabilizando a las políticas de izquierda del estancamiento nacional. Finalmente, vinculó la prosperidad con la defensa de la propiedad privada y el libre mercado como pilares del crecimiento.