El inicio del año 2025 trajo consigo un aumento considerable en las dietas de los senadores nacionales, que rondarán los $10 millones mensuales debido al vencimiento de la resolución que las mantenía congeladas desde 2020. Este incremento no solo generó un fuerte rechazo social, sino que también profundizó las tensiones internas en el gobierno de Javier Milei, marcadas por la postura de la vicepresidente Victoria Villarruel, quien se negó a extender el congelamiento de forma administrativa.
El aumento salarial y su impacto
La resolución que limitaba los salarios legislativos caducó el pasado 31 de diciembre, lo que permite a los senadores percibir aproximadamente $9,5 millones brutos en enero. Este monto incluye 2.500 módulos salariales del Congreso, 1.000 módulos adicionales para gastos de representación y 500 por desarraigo. Además, en enero, recibirán la segunda parte de la llamada “dieta 13”, un pago extra de $2,5 millones aprobado como compensación por la falta de aguinaldo.
El incremento ha sido particularmente controvertido en un contexto de alta inflación y ajuste fiscal, donde la ciudadanía enfrenta dificultades económicas. Sectores opositores y oficialistas han expresado su descontento, reflejando el malestar generalizado por lo que se percibe como un privilegio desmedido de la clase política.
Internas en el gobierno: Milei vs. Villarruel
En el seno del gobierno, este conflicto expuso una grieta entre el presidente Javier Milei y su vicepresidente. Mientras que Milei ha insistido en la necesidad de austeridad en todas las áreas del Estado, Villarruel se negó a utilizar su autoridad administrativa para prorrogar el congelamiento de los sueldos, argumentando que la decisión debe ser tomada por consenso en el recinto.
Fuentes cercanas al presidente aseguran que Milei está “profundamente decepcionado” con la postura de Villarruel, especialmente en un momento donde el gobierno busca recuperar la confianza de un electorado que demanda una clase política más austera y comprometida con las mismas dificultades que enfrenta el ciudadano común.
Esta diferencia pone de manifiesto las tensiones entre Milei, quien busca romper con la “alta política” y las prácticas tradicionales, y Villarruel, cuyas posturas más institucionales y cercanas al establishment generan divisiones en el oficialismo.
El presidente Milei ha intentado desmarcarse de esta polémica, enfatizando que el Poder Ejecutivo no tiene injerencia directa sobre las dietas legislativas. Sin embargo, analistas políticos advierten que el gobierno podría pagar un alto costo político si no logra resolver este conflicto de manera que demuestre coherencia con su discurso de austeridad.
Presiones y desafíos en el Senado
La vicepresidente ha sostenido que cualquier decisión debe ser consensuada entre todas las bancadas, incluida la de Unión por la Patria (UxP), que cuenta con 33 senadores.
La negativa de Villarruel también está vinculada a un cálculo político: la apertura del recinto podría permitir la asunción de una senadora camporista, alterando las dinámicas de poder en debates clave, como el tratamiento del DNU sobre la deuda firmado por Milei.
El camino hacia la resolución
La interna entre Milei y Villarruel pone al oficialismo en una posición delicada. Mientras el presidente busca reafirmar su imagen como líder disruptivo y ajeno a las prácticas tradicionales de la política, su vicepresidente parece priorizar la institucionalidad y el consenso entre las bancadas, incluso si eso implica costos políticos y sociales.
El desenlace de este conflicto será crucial para el gobierno. Por un lado, deberá atender el reclamo ciudadano de austeridad y responsabilidad política. Por otro, Milei enfrentará el desafío de gestionar las tensiones internas en su equipo, un factor que podría definir el rumbo de su administración en los próximos meses.
Lo que está claro es que, en un contexto de descontento social y crisis económica, la clase política no puede permitirse ignorar que son representantes del pueblo. La decisión final sobre las dietas legislativas será una prueba de fuego para el gobierno y su capacidad de responder a las demandas de una sociedad cada vez más crítica y exigente.
Fuente: Tendencia de noticias