En Tucumán, la política se encuentra profundamente dividida de cara a las elecciones de 2025. La controversia gira en torno a la figura de Javier Milei, generando tensiones tanto en el oficialismo como en la oposición. Por un lado, el gobernador Osvaldo Jaldo ha adoptado una postura alineada con Milei, marcando distancia de la presidenta del Partido Justicialista a nivel nacional, Cristina Fernández de Kirchner, conocida por su fuerte oposición al libertario. Este movimiento quedó evidenciado cuando los diputados afines a Jaldo dejaron el bloque de Unión por la Patria y respaldaron las políticas impulsadas por Milei.
En contraste, el sector anti Milei dentro del peronismo tucumano se encuentra encabezado por figuras como el exgobernador Juan Manzur, quien, aunque menos activo políticamente, se mostró cercano a Cristina en recientes apariciones públicas. A él se suman Pablo Yedlin, quien se pronuncia abiertamente en contra de Milei, y Carlos Cisneros, diputado y representante del gremio bancario, que se ha opuesto tajantemente a las medidas libertarias, llegando incluso a impulsar un amparo judicial contra una disposición del PAMI en plena feria judicial. Este grupo cuenta también con la adhesión de Rossana Chahla, vinculada políticamente a Cisneros.
En la oposición, la UCR ha mostrado fisuras internas frente a Milei. Mientras que Mariano Campero fue expulsado del partido por su apoyo al libertario, Roberto Sánchez se ha posicionado en contra, cuestionando medidas como el veto universitario. Por otro lado, Paula Omodeo, de CREO, apoya las ideas de Milei, pero mantiene su independencia partidaria. La Libertad Avanza, representada en Tucumán por Lisandro Catalán, busca consolidar su presencia en la provincia, de cara a la renovación de cuatro bancas en la Cámara de Diputados.
Con un tablero político tan fragmentado, las elecciones de 2025 en Tucumán prometen ser un reflejo de las tensiones nacionales, poniendo a prueba alianzas, liderazgos y las estrategias de los principales actores políticos.