El estafador kirchnerista Osvaldo Jaldo tomará licencia “para hacer campaña”, confirmando lo que todos saben: que gobierna pensando en su propia conveniencia y no en los tucumanos.
El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, confirmó que se apartará del cargo desde el viernes 26 de septiembre para “prepararse” para los comicios legislativos. Lo que intenta vender como un gesto de transparencia no es más que un cálculo electoralista para maquillar lo que ya viene sucediendo: el aparato estatal puesto al servicio del kirchnerismo.
La excusa de “dar continuidad institucional” con el vicegobernador Acevedo al mando no convence a nadie. Jaldo lleva meses usando los recursos provinciales en actos, recorridas y promesas vacías, bajo la fachada de gestión. Ahora busca lavarse la cara con una licencia que llega tarde y mal.
En un Tucumán golpeado por la pobreza, la inflación y la falta de oportunidades, el oficialismo provincial pretende seguir atornillado al poder disfrazando de “proyecto local” lo que en realidad es la misma receta kirchnerista que hundió al país. Mientras tanto, La Libertad Avanza y otras fuerzas opositoras trabajan para consolidar una alternativa real frente a un modelo agotado.
La maniobra de Jaldo no es más que un intento desesperado de sostener un poder que se les escurre entre las manos.