Daniel Bilotta apuntó contra la Justicia de Tucumán en su intervención en el programa de Carlos Pagni, señalando irregularidades, redes de protección política y graves denuncias que salpican al Ministerio Público Fiscal y a la Caja Popular de Ahorros.
La crisis institucional que atraviesa Tucumán volvió a quedar expuesta en la pantalla nacional. En “Odisea Argentina”, el programa que conduce Carlos Pagni, el periodista Daniel Bilotta dedicó un extenso análisis a los problemas estructurales de la Justicia tucumana, un entramado que —según describió— combina impunidad, manejos discrecionales y una alarmante concentración de poder que conduce a una interna Peronista.
Bilotta puso el foco particularmente en la figura de Edmundo “Pirincho” Jiménez, jefe del Ministerio Público Fiscal, señalado desde distintos sectores políticos y judiciales por liderar un sistema que opera más como un escudo del poder que como un órgano de investigación independiente. “En Tucumán la Justicia tiene dueño”, resumió Bilotta, retomando las denuncias que vienen escalando durante los últimos meses.
Un Ministerio Público bajo sospecha
En su intervención, el periodista enumeró los cuestionamientos que pesan sobre Jiménez: designaciones a medida dentro del MPF, un presunto entramado de fiscales afines, privilegios jubilatorios y un supuesto sistema de protección para ciertos imputados con recursos o vínculos políticos. El señalamiento no es nuevo, pero Bilotta lo llevó al prime time nacional con una contundencia inusual.
También se refirió a la falta de justicia en los casos de violencia de género donde no se protege a las víctimas de la mejor manera.
El escándalo de la Caja Popular
Bilotta también retomó el grave conflicto que atraviesa la Caja Popular de Ahorros, investigada por el Tribunal de Cuentas y por la Justicia Penal. Entre las irregularidades más graves se encuentran:
- Entregas de mercadería del Ministerio de Desarrollo Social sin justificación institucional clara.
- Un perjuicio patrimonial estimado en casi $27 millones.
- Registros de bienes cargados bajo categorías genéricas que dificultan su trazabilidad.
- La participación de funcionarios actuales y exfuncionarios vinculados al oficialismo provincial.
Un sistema que cruje por todos lados
Según Bilotta, estos escándalos no son hechos aislados sino parte de un ecosistema judicial deteriorado, donde las instituciones funcionan de manera selectiva y respondiendo a intereses particulares. La combinación entre un Ministerio Público cuestionado, causas de enorme volumen económico y un clima político cada vez más opaco configura, según él, “una tormenta perfecta que ya no puede ocultarse”.
Repercusiones inmediatas
La exposición del tema en un programa de alcance nacional implica un salto cualitativo en la presión pública sobre la Justicia tucumana y sobre el Gobierno provincial. En la Legislatura, en la prensa local y entre los propios fiscales, crece la sensación de que este sistema ha llegado a un punto de saturación.
Lo que parecía un conflicto interno de la provincia —denuncias, tensiones judiciales, peleas entre organismos de control— empieza ahora a transformarse en un escándalo institucional que trasciende las fronteras de Tucumán.
Y Bilotta, desde la mesa de Pagni, lo dejó claro: “Es una guerra Peronista”.
